20 diciembre 2008

Léxico - Navidad

Cuando compramos los regalos de Navidad, decoramos el árbol o nos reunimos con la familia alrededor de la cena navideña, raramente nos detenemos a pensar cómo se fueron formando esas tradiciones milenarias, algunas de ellas mucho más antiguas que el propio cristianismo.
La conmemoración del nacimiento de Jesús, la fiesta más universal de Occidente, se celebró por primera vez el 25 de diciembre de 336 en Roma, pero hasta el siglo V, la Iglesia de Oriente siguió conmemorando el nacimiento y el bautismo del ‘niño Dios’ de los cristianos el 6 de enero. El nombre de la fiesta Navidad, proviene del latín nativitas, nativitatis (nacimiento, generación).
En siglos posteriores, las diócesis orientales fueron adoptando el 25 de diciembre, y dejando el 6 de enero para recordar el bautismo de Cristo, con excepción de la Iglesia armenia, que hasta hoy conmemora la Navidad en esa fecha de enero.
No se conoce con certeza la razón por la cual se eligió el 25 de diciembre para celebrar la fiesta navideña, pero los estudiosos consideran probable que los cristianos de aquella época se hubieran propuesto reemplazar con la Navidad la fiesta pagana conocida como natalis solis invicti (festival del nacimiento del sol invicto), que correspondía al solsticio de invierno en el hemisferio norte, a partir del cual empieza a aumentar la duración de los días y el sol sube cada día más alto por encima del horizonte.
Una vez que la Iglesia oriental instituyó el 25 de diciembre para la Navidad, el bautismo de Jesús empezó a festejarse en Oriente el 6 de enero, pero en Roma esa fecha fue escogida para celebrar la llegada a Belén de los Reyes Magos, con sus regalos de oro, incienso y mirra.
A lo largo de los siglos, las costumbres tradicionales vinculadas a la Navidad se desarrollaron a partir de múltiples fuentes. En esas tradiciones, tuvo considerable influencia el hecho de que la celebración coincidiera con las fechas de antiquísimos ritos paganos de origen agrícola, que tenían lugar al comienzo del invierno.
Así, la Navidad acogió elementos de la tradición latina de la Saturnalia, una fiesta de regocijo e intercambio de regalos, que los romanos celebraban el 17 de diciembre en homenaje a Saturno.

13 diciembre 2008

Léxico - Autopsia

Del griego autopsía, formada por autos (mismo) y ops (visión), con el sentido de ‘ver con los propios ojos’. El primer caso de autopsia hallado en castellano data del siglo XVII, en este texto de Carlos III, la obra de Carlos Gutiérrez de los Ríos publicada en 1790.
Los lugares los hallábamos abandonados y sin provisión alguna, y lo que dañó mucho fue el calor excesivo y el mosto, de que usaban con exceso los soldados, y con el cual se quemaban los intestinos, como lo hizo ver la autopsia de los cadáveres.
Una composición semejante tiene el sinónimo necropsia, formado por nekrós (muerto, cadáver) y ops, surgida en nuestra lengua en la segunda mitad del siglo XIX.

06 diciembre 2008

Léxico - Bigote

Los enormes bigotes que solían usar los germanos en la Edad Media llamaron la atención de los habitantes de la Península Ibérica, no menos que los juramentos y las imprecaciones que proferían aquellos bárbaros.
Con inusitada frecuencia, los germanos exclamaban bi Got! ‘¡por Dios!’. Más que un juramento, era una mera interjección. Sin entender lo que aquella palabra significaba, los españoles empezaron a llamar bigot a los hombres bigotudos hasta que, con el tiempo, la palabra ya castellanizada como bigote sirvió para denominar el propio apéndice piloso.
Muchos creen que bigote llegó al español bajo el Imperio de Carlos I (Carlos V de Alemania) con el fuerte contingente germánico que entró por entonces a la Península. Sin embargo, Carlos I gobernó el Imperio a comienzos del siglo XVI, y bigote aparecía ya en el Diccionario latino-castellano, de Nebrija.
Por otra parte, aunque la etimología parece suficientemente comprobada, no es seguro que hayan sido los germanos quienes llevaron la palabra a la Península. En efecto, allá por el siglo XII, en Francia se llamaba bigot a los normandos, y en esa época, al otro lado del canal de la Mancha, los ingleses pronunciaban bi God ‘por Dios’. Sobre esta base, se plantea la duda acerca de si esta voz fue traída al español por los germanos o por los franceses.
En un trabajo de 1968, el académico Rafael Lapesa afirmaba que bigote debía su origen al bi Got proferido por unos guardias suizos que participaron en la Reconquista de Granada y que habían llegado a España en 1483, una fecha perfectamente compatible con el registro de Nebrija arriba mencionado.

29 noviembre 2008

Léxico - Sarcófago

Del latín sarcophagus y éste, del griego sarcophagos. Es una palabra con la que se designaba al que se alimentaba de carne: sarkós significa carne y phagos, ‘yo como’ y, en efecto, llamaban así los griegos a las personas o animales que se alimentaban de carne, es decir, a los carnívoros.
No se sabe con certeza por qué esta palabra fue adoptada para denominar a los ataúdes, aunque —según una explicación de Eratóstenes (siglo III a. C.), recogida por Plinio el Viejo— tal denominación se dio inicialmente a ciertos féretros que eran construidos con una piedra calcárea extremadamente porosa, dentro de la cual los cadáveres se descomponían y desintegraban rápidamente. Sin embargo, no falta quien quiera ver en esta relación una huella de la necrofagia, practicada en las fases más primitivas de la evolución humana.

22 noviembre 2008

Léxico - Estupendo

El verbo latino stupeo, stupere significaba ‘estar (o quedar) inmovilizado, paralizado, entorpecido o congelado’. Stupuerunt flumina bruma decía el poeta épico Valerius Flaccus para significar ‘los ríos se congelaron con el frío’.
Los autores clásicos latinos hicieron metáforas en las que el ‘entorpecimiento’ denotado por el verbo se convertía en admiración o encanto. Stupere in titulis decía Horacio, con el sentido de ‘quedarse deslumbrado con los títulos’. Ut terrae stupeant lucescere, escribió Virgilio con la denotación de ‘cómo la tierra se admira de ver lucir’.
Fue así que la denotación de ‘atontamiento’ de stupeo dejó su lugar al matiz de admiración y elogio que damos hoy a estupendo. El significado original se mantuvo, por cierto, en estúpido, procedente de latín stupidus, también oriundo del verbo stupeo.

08 noviembre 2008

Adiós a una larga aventura. Gracias, Ramón Trecet.

Léxico - Lagarto

Los latinos llamaron lacertus a aquel reptil cuyo nombre llegó a nosotros como lagarto, después de pasar por lacartus en el latín medieval vulgar. Lo curioso es cómo esta palabra ingresó al inglés con artículo (el lagarto) y adoptó en esa lengua la forma allegater en Shakespeare (Romeo y Julieta), hoy alligator.

01 noviembre 2008

Léxico - Inocente

En su acepción actual, el adjetivo inocente se aplica a aquellos que están libres de culpa y a las personas cándidas, sin malicia. El Diccionario de la Academia también registra la acepción etimológica de ‘que no causa daño’.
La palabra española se deriva de la latina innocens, -ntis (el que no perjudica), formada por nocere (dañar, perjudicar), precedido por el prefijo privativo in-.
Por su etimología, inocente está vinculada a su opuesto nocivo (el que hace daño), que también procede de nocere, a través de nocivus. Otra palabra que comparte la etimología de inocente y coincide con su significado primitivo es inocuo, del latín innocuus (que no hace daño, que no es nocivo).
Todas estos términos tienen un origen común: la raíz indoeuropea nek-, de la cual proceden también, entre otras, la palabra latina nex (muerte violenta) y el prefijo latino necro- (muerte), presente en necrología, necrópolis, etc.
En los países católicos se celebra el 28 de diciembre el Día de los Santos Inocentes, en memoria de los recién nacidos que fueron degollados por orden de Herodes con la intención de matar a Jesús, porque se sintió amenazado cuando los arúspices le dijeron que había nacido un rey. Algunos traductores judiciales de inglés a español sostienen que la expresión not guilty, empleada por la justicia penal de los países anglosajones no debiera traducirse por inocente, sino por 'no culpable' puesto que not guilty no significa que el acusado sea inocente, sino que no fue posible demostrar su culpabilidad. Sin embargo, no es exactamente eso lo que significa ‘inocente’ en el lenguaje de los tribunales de los países hispanohablantes.

19 octubre 2008

Viaje cultural a Granada


VIAJE CULTURAL A GRANADA
I.E.S. Francisco Figueras Pacheco.
19-22 de NOVIEMBRE


* MIÉRCOLES 19: ALICANTE-FUENTE VAQUEROS-GRANADA
Salida 7: 00 desde la Avenida Lorenzo Carbonell.(Alicante)
1. FUENTEVAQUEROS: A las 12 horas, visita a la casa natal de Federico García Lorca http://www.museogarcialorca.org/.
Llegada a GRANADA: Instalación en el hotel Don Juan. C/ Martínez de la Rosa, nº 9.- Tfno.958285811. http://www.hoteldonjuan.com/
2. Tarde: Paseo por el centro histórico de Granada y toma de contacto con la ciudad.

*JUEVES 20: GRANADA
1. Mañana: 10 horas. Visita guiada a la La Alhambra.

*VIERNES 21: GRANADA
1. Mañana: 10 horas. Visita Parque de las Ciencias http://www.parqueciencias.com/
2. Tarde. 16 Visita al Parque García Lorca, donde se ubica la casa-museo Huerta de San Vicente, lugar de veraneo de la familia del poeta. http://www.huertadesanvicente.com/index.php

*SABADO 22: GRANADA-ALICANTE:
1. Mañana: 10 horas. Visita a la Catedral y a la Capilla Real. http://www.capillarealgranada.com/.
Tiempo libre para realizar compras.
2. Tarde: Visita a la Cartuja
3. Regreso a Alicante.

PROFESORADO ACOMPAÑANTE
Doña Ana del Arco Torres profesora de Latín.
Doña Ana Ballester Gallego: Profesora de Lengua Castellana y Literatura.
Doña Susanna Torregrosa Cuesta: Profesora de Lengua Valenciana y Literatura.
Doña Eugenia Ferrándiz: Profesora de Lengua Valenciana y Literatura.
Don José Luis Gómez Llorente: Profesor de Lengua Castellana y Literatura.


PRECIO: 165 €
- El precio comprenderá desplazamiento, alojamiento, desayuno y cena.
- La Alhambra: visita gratuita y guiada.
- Catedral y Capilla Real 3.50 €
- Parque de las Ciencias: 4 €
Señal: 30 €. Se puede ingresar en la cuenta o se puede entregar a cualquier profesor que participe en la misma
CUENTA LA CAIXA: 2100 4245 27 2200004360.
FECHA LÍMITE PARA EL PAGO TOTAL 13 JUEVES DE NOVIEMBRE

09 junio 2008

Preparación de exámenes de septiembre

1.- FONÉTICA Y ORTOGRAFÍA


  • Sonidos y grafías.

  • Principales normas fonéticas y ortográficas.

  • Particularidades de la acentuación (monosílabos, palabras compuestas, interrogativos y exclamativos).

  • La acentuación diacrítica.

  • Conocimiento y uso reflexivo de las normas ortográficas.
2.- GRAMÁTICA


  • Categorías y funciones. Distinción entre la forma (categoría gramatical) y la función.

  • Reconocimiento y uso coherente de las formas verbales en los textos, con especial atención a los valores aspectuales de perífrasis verbales.

  • Reconocimiento y uso de los significados contextuales que pueden adquirir las modalidades de la oración y las perífrasis verbales de carácter modal.

  • Identificación del sujeto y de los diferentes complementos verbales.

  • La oración compuesta: coordinación y subordinación.
3.- LÉXICO


  • Procesos fundamentales de la formación de palabras: derivación y composición.

  • Significado y sentido.

  • Campos semánticos y asociativos.

  • Familias léxicas.

  • El cambio semántico.
4.- LITERATURA


  • La literatura medieval. Características generales.

  • La lírica medieval.

  • La épica: El Poema del Mío Cid.

  • Jorge Manrique.

  • La Celestina.

  • Los Siglos de Oro. Características generales.

  • La lírica: Garcilaso de la Vega, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo.

  • La prosa: El Lazarillo. Cervantes y El Quijote.

  • El teatro: Lope de Vega y Calderón de la Barca.

20 mayo 2008

Luis de Góngora - Llanto de amor de la amada

GÓNGORA. Romancillo. Tras la presentación del asunto, habla una niña, dirigiéndose a su madre (desde el primer estribillo). Se trata de una recién casada cuyo marido (al que considera afectuosamente sus ojos) se marcha a la guerra [estrofa 1.ª]. Reprocha a su madre haberla casado tan joven, haciéndola cautiva amorosa de un hombre que se va [estrofa 2.ª]; se dispone a utilizar sus ojos para llorar desde hoy, en vez de para entretenerse, como solía, en sus amores (oficio de mirar) [estrofa 3.ª], y pide a su madre que no intente calmar su llanto, al considerarlo mejor que, sintiéndose morir, guardar silencio [estrofa 4.ª]. Considera normal el llanto, pues sabe que desaprovechará su juventud (al no disfrutar del amor de su esposo [estrofa 5.ª], y desea que no vuelva más la noche, para que no vea su soledad [estrofa 6.ª].

La más bella niña
de nuestro lugar,
hoy viuda y sola
y ayer por casar,
viendo que sus ojos
a la guerra van,
a su madre dice,
que escucha su mal:
dejadme llorar
orillas del mar
.

Pues me disteis, madre,
en tan tierna edad
tan corto placer,
tan largo pesar,
Y me cautivasteis
de quien hoy se va
y lleva las llaves
de mi libertad,
dejadme llorar
orillas del mar
.

En llorar conviertan
mis ojos, de hoy más,
el sabroso oficio
del dulce mirar,
pues que no se pueden
mejor ocupar,
yéndose a la guerra
quien era mi paz,
dejadme llorar
orillas del mar
.

No me pongáis freno
ni queráis culpar,
que lo uno es justo,
lo otro por demás.
Si me queréis bien,
no me hagáis mal;
harto peor fuera
morir y callar,
dejadme llorar
orillas del mar
.

Dulce madre mía,
¿quién no llorará,
aunque tenga el pecho
como un pedernal,
y no dará voces
viendo marchitar
los más verdes años
de mi mocedad?
Dejadme llorar
orillas del mar
.

Váyanse las noches,
pues ido se han
los ojos que hacían
los míos velar;
váyanse, y no vean
tanta soledad,
después que en mi lecho
sobra la mitad.
Dejadme llorar
orillas del mar
.

Luis de Góngora (1561-1627)

SONETO CLXV

Ilustre y hermosísima María,
mientras se dejan ver a cualquier hora
en tus mejillas la rosada Aurora,
Febo en tus ojos, y en tu frente el día,

y mientras con gentil descortesía
mueve el viento la hebra voladora
que la Arabia en sus venas atesora
y el rico Tajo en sus arenas cría;

antes que de la edad Febo eclipsado
y el claro día vuelto en noche obscura,
huya la Aurora del mortal nublado;

antes que lo que hoy es rubio tesoro
venza a la blanca nieve su blancura,
goza, goza el color, la luz, el oro.
[1583]

Quevedo - Poemas Metafísicos

Signifícase la propia brevedad de la vida, sin pensar, y con padecer, salteada de la muerte

¡Fue sueño ayer; mañana será tierra!
¡Poco antes nada, y poco después, humo!
¿Y destino ambiciones, y presumo
apenas punto al cerco que me cierra?

Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa, soy peligro sumo;
y mientras con mis armas me consumo,
menos me hospeda el cuerpo, que me entierra.

Ya no es ayer; mañana no ha llegado;
hoy pasa, y es, y fue, con movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.

Azadas son la hora y el momento
que, a jornal de mi pena y mi cuidado,
cavan en mi vivir mi monumento.

Quevedo - Poemas Metafísicos

Represéntase la brevedad de lo que se vive y cuán nada parece lo que se vivió

«¡Ah de la vida!»... ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.

¡Que sin poder saber cómo ni adónde,
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.

Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado.

En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.

Invoca su pasado (antaños: años anteriores) y se lamenta de no tener nada para el recuerdo, por haberse dedicado a mejorar su posición (a la Fortuna), o haber desperdiciado el tiempo en diversiones (locura) [estrofa 1.ª], mientras perdía juventud y salud y solo conseguía desdichas, lo que ha provocado que no tenga una verdadera vida que recordar, sino simplemente unos hechos vividos (a los que solo puede llamar lo vivido) [estrofa 2.ª]. Afirma la fugacidad del tiempo, que hace también fugaz a su propio ser y que solo provoca cansancio [estrofa 3.ª]. Concluye que su vida, breve como un solo instante en el que se unen sus ropas de niño (pañales) y sus ropas de muerto (mortaja), ha sido en realidad una sucesión de pérdidas o muertes [estrofa 4.ª].

19 mayo 2008

La poesía en El Barroco

Consulta los siguientes enlaces
CONTEXTO LITERARIO Y ARTÍSTICO

AUTORES FRANCISCO DE QUEVEDO (1580-1645)AUTOR
Vida y obra (El poder de la palabra)
ANTOLOGÍA
Poemas (Cervantes virtual)Archivos sonoros
  1. A una nariz (Cervantes Virtual)
  2. A uno que se mudaba cada día por guardar a su mujer
  3. Un casado se ríe del adúltero que le paga el gozar con susto lo que a él le sobra.
  4. Mujer puntiaguda con enaguas
  5. Poderoso caballero (antología multimedia)
---------------------------------------
LOPE DE VEGA (1562-1635)AUTOR
Vida y obra (El poder de la palabra)
ANTOLOGÍA
Poemas (Cervantes Virtual)
Archivos sonoros
  1. Desmayarse, atreverse, estar furioso (Cervantes Virtual)
  2. No sabe qué es amor quien no te ama
  3. Un soneto me manda hacer Violante
-------------------------------
LUIS DE GÓNGORA Y ARGOTE (1561-1627)
AUTOR
Vida y obra (El poder de la palabra)
ANTOLOGÍA
Poemas (Cervantes Virtual)
Archivos sonoros
  1. Que se nos va la pascua (antología multimedia)
  2. Ande yo caliente (antología multimedia)

13 mayo 2008

Miguel de Cervantes - Autorretrato

Éste que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro, los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y ésos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros; el cuerpo entre dos estremos, ni grande, ni pequeño, la color viva, antes blanca que morena; algo cargado de espaldas, y no muy ligero de pies; éste digo que es el rostro del autor de La Galatea y de Don Quijote de la Mancha, y del que hizo el Viaje del Parnaso, a imitación del de César Caporal Perusino, y otras obras que andan por ahí descarriadas y, quizá, sin el nombre de su dueño. Llámase comúnmente Miguel de Cervantes Saavedra. Fue soldado muchos años, y cinco y medio cautivo, donde aprendió a tener paciencia en las adversidades. Perdió en la batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo, herida que, aunque parece fea, él la tiene por hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros, militando debajo de las vencedoras banderas del hijo del rayo de la guerra, Carlo Quinto, de felice memoria.
Miguel de Cervantes, Novelas ejemplares, Prólogo al lector

Miguel de Cervantes Saavedra - Los galeotes

El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha

CAPÍTULO - XXII

De la libertad que dio don Quijote a muchos desdichados que mal de su grado los llevaban donde no quisieran ir

Lee el capítulo XXII

El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha - Las historias intercaladas

Historia de Grisóstomo y Marcela

CAPÍTULO XII

De lo que contó un cabrero a los que estaban con don Quijote

29 abril 2008

Miguel de Cervantes Saavedra


El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha

Primera parte


CAPÍTULO SEXTO
Del donoso escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo
...
Y, sin querer cansarse más en leer libros de caballerías, mandó al ama que tomase todos los grandes y diese con ellos en el corral. No se dijo a tonta ni a sorda, sino a quien tenía más gana de quemallos que de echar una tela, por grande y delgada que fuera; y asiendo casi ocho de una vez, los arrojó por la ventana. Por tomar muchos juntos, se le cayó uno a los pies del barbero, que le tomó gana de ver de quién era, y vio que decía: Historia del famoso caballero Tirante el Blanco.
—¡Válame Dios —dijo el cura, dando una gran voz—, que aquí esté Tirante el Blanco! Dádmele acá, compadre, que hago cuenta que he hallado en él un tesoro de contento y una mina de pasatiempos. Aquí está don Quirieleisón de Montalbán, valeroso caballero, y su hermano Tomás de Montalbán, y el caballero Fonseca, con la batalla que el valiente de Tirante hizo con el alano, y las agudezas de la doncella Placerdemivida, con los amores y embustes de la viuda Reposada, y la señora Emperatriz, enamorada de Hipólito, su escudero. Dígoos verdad, señor compadre, que por su estilo es este el mejor libro del mundo: aquí comen los caballeros, y duermen y mueren en sus camas, y hacen testamento antes de su muerte, con estas cosas de que todos los demás libros deste género carecen. Con todo eso, os digo que merecía el que le compuso, pues no hizo tantas necedades de industria, que le echaran a galeras por todos los días de su vida. Llevadle a casa y leedle, y veréis que es verdad cuanto dél os he dicho.
Escucha: Capítulo VI (Voz: Camilo García Casar)
Lee: Capítulo VI

23 abril 2008

Miguel de Cervantes Saavedra

El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha

Primera parte


Escucha: Capítulo I (Voz: Camilo García Casar)
Lee: Capítulo I

15 abril 2008

HOMERO - La Odisea

Seguint la tradició dels últims anys, el nostre institut celebrarà el Dia del Llibre amb diferents actes relacionats amb el tema de la Setmana Cultural: els herois i les heroïnes. Per aquest motiu, havíem pensat que cada grup d'alumnes llegira un o dos capítols o episodis de L'Odissea.

14 abril 2008

Miguel de Cervantes

Don Quijote de la Mancha
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605)
Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha (1615)


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ACTIVIDADES: PROPUESTAS DE LECTURA

21 marzo 2008

Joan Manuel Serrat - Poema de amor



EL sol nos olvidó ayer sobre la arena,
nos envolvió el rumor suave del mar,
tu cuerpo me dio calor; tenía frío,
y allí en la arena
entre los dos nació este poema,
este pobre poema de amor para ti.
Mi fruto, mi flor,
mi historia de amor,
mis caricias.
Mi humilde candil,
mi lluvia de abril,
mi avaricia.
Mi trozo de pan,
mi viejo refrán,
mi poeta.
La fe que perdí,
mi camino
y mi carreta.
Mi dulce placer,
mi sueño de ayer,
mi equipaje.
Mi tibio Rincón,
mi mejor canción,
mi paisaje.
Mi manantial,
mi cañaveral,
mi riqueza.
Mi leña, mi hogar,
mi techo, mi lar,
mi nobleza.
Mi fuente, mi sed,
mi barco, mi red
y la arena.
Donde te sentí,
donde te escribí
mi poema.

GERARDO DIEGO

A, EME, O, ERRE

“Amor” tiene cuatro letras,
vamos a jugar con ellas.
¿Lo ves? Ya estamos en “Roma”.
Por todas partes se va.
Por todas partes se llega.
El viaje “Amor-Roma-Amor”,
con billete de ida y vuelta.
Y ahora a jugar con los dados.
«Alea jacta est». Espera.
¿Qué lees? “Ramo”. ¿Qué escuchas?
El ruiseñor se queja
de “amor” que en el “ramo” canta,
de “amor” que en el “ramo” “mora”.
Otra vez los dados vuelan
por el aire. Y cae “Omar”,
un príncipe de leyenda.
¿“Amor” de “Omar”? Falta ella.
Arriba los dados. “Mora”.
“Amor” de “Omar” a la “mora”.
“Amor” de la “mora” a “Omar”.
Siempre “armo” un juego de “amor”
que der“ramo” y que de“mora”.
Y vienen y van las letras
Buscando ese “amor” “o mar”.

GERARDO DIEGO, La sorpresa, 1943

18 marzo 2008

León Felipe - La insignia

LA INSIGNIA - Alocución poética

¿HABÉIS hablado ya todos?
¿Habéis hablado ya todos los españoles?
Ha hablado el gran responsable revolucionario,
y los pequeños responsables;
ha hablado el alto comisario,
y los comisarios subalternos;
han hablado los partidos políticos,
han hablado los gremios,
los Comités
y los Sindicatos;
han hablado los obreros y los campesinos;
han hablado los menestrales:
ha hablado el peluquero,
el mozo de café
y el limpiabotas.
Y han hablado los eternos demagogos también.
Han hablado todos.
Creo que han hablado todos.
¿Falta alguno?

¿Hay algún español que no haya pronunciado su palabra?...
¿Nadie responde?... (Silencio).
Entonces falto yo sólo.
Porque el poeta no ha hablado todavía.

01 marzo 2008

El Lazarillo de Tormes: y de sus fortunas y adversidades


PRÓLOGO


Yo por bien tengo que cosas tan señaladas, y por ventura nunca oídas ni vistas, vengan a noticia de muchos y no se entierren en la sepultura del olvido, pues podría ser que alguno que las lea halle algo que le agrade, y a los que no ahondaren tanto los deleite. Y a este propósito dice Plinio que "no hay libro, por malo que sea, que no tenga alguna cosa buena". Mayormente, que los gustos no son todos unos, mas lo que uno no come, otro se pierde por ello. Y así vemos cosas tenidas en poco de algunos, que de otros no lo son. Y esto para que ninguna cosa se debería romper ni echar a mal, si muy detestable no fuese, sino que a todos se comunicase, mayormente siendo sin perjuicio y pudiendo sacar algún fruto. Porque, si así no fuese, muy pocos escribirían para uno solo, pues no se hace sin trabajo, y quieren, ya que lo pasan, ser recompensados, no con dineros, mas con que vean y lean sus obras, y si hay de qué, se las alaben. Y a este propósito dice Tulio: "La honra cría las artes."


¿Quién piensa que el soldado que es primero del escala tiene más aborrecido el vivir? No, por cierto; mas el deseo de alabanza le hace ponerse en peligro. Y así, en las artes y letras es lo mesmo. Predica muy bien el presentado, y es hombre que desea mucho el provecho de las ánimas; mas pregunten a su merced si le pesa cuando le dicen: "¡Oh, que maravillosamente lo ha hecho vuestra reverencia!". Justó muy ruinmente el señor don Fulano, y dio el sayete de armas al truhán porque le loaba de haber llevado muy buenas lanzas: ¿qué hiciera si fuera verdad?


Y todo va de esta manera: que, confesando yo no ser más santo que mis vecinos, de esta nonada, que en este grosero estilo escribo, no me pesará que hayan parte y se huelguen con ello todos los que en ella algún gusto hallaren, y vean que vive un hombre con tantas fortunas, peligros y adversidades.


Suplico a Vuestra Merced reciba el pobre servicio de mano de quien lo hiciera más rico si su poder y deseo se conformaran. Y pues Vuestra Merced escribe se le escriba y relate el caso por muy extenso, pareciome no tomalle por el medio, sino del principio, porque se tenga entera noticia de mi persona; y también porque consideren los que heredaron nobles estados cuán poco se les debe, pues Fortuna fue con ellos parcial, y cuánto más hicieron los que, siéndoles contraria, con fuerza y maña remando, salieron a buen puerto.
Tratado primero: "Cuenta Lázaro su vida, y cúyo hijo fue"
Tratado segundo: "Cómo Lázaro se asentó con un clérigo y de las cosas que con él pasó"
Tratado tercero: "Cómo Lázaro se asentó con un escudero y de lo que le acaeció con él"
Tratado cuarto: "Cómo Lázaro se asentó con un fraile de la Merced, y de lo que le acaeció con él"
Tratado quinto: "Cómo Lázaro se asentó con un buldero y de las cosas que pasó con él"
Tratado sexto: "Cómo Lázaro se asentó con un capellán y de lo que con él pasó"
Tratado séptimo: "Cómo Lázaro se asentó con un alguacil y de lo que le acaeció con él"

23 febrero 2008

Orfeo y Eurídice

Orfeo y Eurídice. Federico Cervelli

Orfeo y Eurídice - Rubens

Cuentan las leyendas que, en la época en que dioses y seres fabulosos poblaban la tierra, vivía en Grecia un joven llamado Orfeo, que solía entonar hermosísimos cantos acompañado por su lira. Su música era tan hermosa que, cuando sonaba, las fieras del bosque se acercaban a lamerle los pies y hasta las turbulentas aguas de los ríos se desviaban de su cauce para poder escuchar aquellos sones maravillosos.
Un día en que Orfeo se encontraba en el corazón del bosque tañendo su lira, descubrió entre las ramas de un lejano arbusto a una joven ninfa que, medio oculta, escuchaba embelesada. Orfeo dejó a un lado su lira y se acercó a contemplar a aquel ser cuya hermosura y discreción no eran igualadas por ningún otro.
- Hermosa ninfa de los bosques –dijo Orfeo-, si mi música es de tu agrado, abandona tu escondite y acércate a escuchar lo que mi humilde lira tiene que decirte.
La joven ninfa, llamada Eurídice, dudó unos segundos, pero finalmente se acercó a Orfeo y se sentó junto a él. Entonces Orfeo compuso para ella la más bella canción de amor que se había oído nunca en aquellos bosques. Y pocos días después se celebraban en aquel mismo lugar las bodas entre Orfeo y Eurídice.
La felicidad y el amor llenaron los días de la joven pareja. Pero los hados, que todo lo truecan, vinieron a cruzarse en su camino. Y una mañana en que Eurídice paseaba por un verde prado, una serpiente vino a morder el delicado talón de la ninfa depositando en él la semilla de la muerte. Así fue como Eurídice murió apenas unos meses después de haber celebrado sus bodas.
Al enterarse de la muerte de su amada, Orfeo cayó presa de la desesperación. Lleno de dolor decidió descender a las profundidades infernales para suplicar que permitieran a Eurídice volver a la vida.
Aunque el camino a los infiernos era largo y estaba lleno de dificultades, Orfeo consiguió llegar hasta el borde de la laguna Estigia, cuyas aguas separan el reino de la luz del reino de las tinieblas. Allí entonó un canto tan triste y tan melodioso que conmovió al mismísimo Carón, el barquero encargado de transportar las almas de los difuntos hasta la otra orilla de la laguna.
Orfeo atravesó en la barca de Carón las aguas que ningún ser vivo puede cruzar. Y una vez en el reino de las tinieblas, se presentó ante Plutón, dios de las profundidades infernales y, acompañado de su lira, pronunció estas palabras:
- ¡Oh, señor de las tinieblas! Héme aquí, en vuestros dominios, para suplicaros que resucitéis a mi esposa Eurídice y me permitáis llevarla conmigo. Yo os prometo que cuando nuestra vida termine, volveremos para siempre a este lugar.
La música y las palabras de Orfeo eran tan conmovedoras que consiguieron paralizar las penas de los castigados a sufrir eternamente. Y lograron también ablandar el corazón de Plutón, quien, por un instante, sintió que sus ojos se le humedecían.
- Joven Orfeo –dijo Plutón-, hasta aquí habían llegado noticias de la excelencia de tu música; pero nunca hasta tu llegada se habían escuchado en este lugar sones tan turbadores como los que se desprenden de tu lira. Por eso, te concedo el don que solicitas, aunque con una condición.
- ¡Oh, poderoso Plutón! –exclamó Orfeo-. Haré cualquier cosa que me pidáis con tal de recuperar a mi amadísima esposa.
- Pues bien –continuó Plutón-, tu adorada Eurídice seguirá tus pasos hasta que hayáis abandonado el reino de las tinieblas. Sólo entonces podrás mirarla. Si intentas verla antes de atravesar la laguna Estigia, la perderás para siempre.
- Así se hará –aseguró el músico.

Y Orfeo inició el camino de vuelta hacia el mundo de la luz. Durante largo tiempo Orfeo caminó por sombríos senderos y oscuros caminos habitados por la penumbra. En sus oídos retumbaba el silencio. Ni el más leve ruido delataba la proximidad de su amada. Y en su cabeza resonaban las palabras de Plutón: “Si intentas verla antes de atravesar la laguna de Estigia, la perderás para siempre”.
Por fin, Orfeo divisó la laguna. Allí estaba Carón con su barca y, al otro lado, la vida y la felicidad en compañía de Eurídice. ¿O acaso Eurídice no estaba allí y sólo se trataba de un sueño? Orfeo dudó por un momento y, lleno de impaciencia, giró la cabeza para comprobar si Eurídice le seguía. Y en ese mismo momento vio como su amada se convertía en una columna de humo que él trató inútilmente de apresar entre sus brazos mientras gritaba preso de la desesperación:
- Eurídice, Eurídice...
Orfeo lloró y suplicó perdón a los dioses por su falta de confianza, pero sólo el silencio respondió a sus súplicas. Y, según cuentan las leyendas, Orfeo, triste y lleno de dolor, se retiró a un monte donde pasó el resto de su vida sin más compañía que su lira y las fieras que se acercaban a escuchar los melancólicos cantos compuestos en recuerdo de su amada.

13 febrero 2008

Garcilaso de la Vega - SONETO XIII

Boticelli, El nacimiento de Venus

SONETO XXIII

En tanto que de rosa y de azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
Garcilaso de la Vega                            

02 febrero 2008

Mito de Apolo y Dafne

El primer amor del dios Apolo fue Dafne, hija del río Peneo, y este amor no fue producto del ciego azar, sino de la violenta cólera de Cupido. Discutía un día éste con Apolo, orgulloso de su victoria sobre la serpiente Pitón, mientras Cupido tensaba la cuerda de su arco Apolo le dijo: "¿Qué haces tú, niño, con las armas que sólo cuadran a los valientes? Tú debes contentarte con provocar esas pasiones amorosas y no aspirar a una gloria que solo poseo yo". A esto el hijo de Venus le respondió: "Aunque tu arco atraviese horribles fieras, y violentas alimañas, el mío te va a atravesar a ti, e igual que los animales son inferiores a la divinidad, así tu gloria será inferior a la mía"; así habló Cupido y batiendo sus alas se abrió camino por los aires y fue raudo y veloz a detenerse en la cima del Parnaso, donde sacó de su aljaba, portadora de flechas, dos que producían diverso efecto: una, provoca el odio, hace huir el amor, la otra, lo produce. La que lo produce es de oro, y su afilada punta resplandece; la que lo hace huir es de plomo y su punta es roma. Fue precisamente esta última la que clavó el travieso dios sobre Dafne, mientras que con la otra hirió hasta la médula a Apolo. En el acto queda el uno enamorado, la otra huye hasta del nombre del amor: muchos la pretendieron, pero ella rechaza a todos, no quiere saber nada del significado del amor, y sola recorre los parajes de los bosques.
Muchas veces le dijo su padre: " Hija mía, me debes yerno e hijos", pero ella que odia las antorchas nupciales enrojece y suplicante decía: " Padre, concédeme poder disfrutar de una virginidad perpetua". Pero Apolo está enamorado, ha visto a Dafne y desea sobre todas las cosas unirse a ella. Como arden las pajas por las antorchas, así se encendió en llamas el dios, así quemaba de pasión su corazón y con esperanzas alimentaba un amor vano. Se da cuenta que a la ninfa, los cabellos le caen por el cuello, en desorden, ve sus ojos, resplandecientes como llamas en la oscuridad y semejantes a estrellas, ve su boca, que quisiera besar, se extasía con sus dedos y manos, con sus brazos desnudos en más de la mitad, y las partes que están ocultas las imagina aún mejor. Pero Dafne huye, huye ligera y rauda como el viento y no se detiene ante las palabras con las que el dios la llama: "Ninfa, Dafne, detente; no soy ningún enemigo que te persigue; así huye la cordera del lobo, así la cierva del león, yo sin embargo, el amor es el motivo que tengo para seguirte. No corras tanto, yo te lo pido, y entérate a quién gustas, no soy un habitante del bosque, ni un pastor, Júpiter es mi padre, por mí se revela tanto lo que será como lo que ha sido. Infalible es mi flecha, pero hay otra que aún lo es más y ha causado una herida en mi corazón antes sano.
Aún continuaba hablando cuando Dafne salió huyendo en veloz carrera, y al abandonarlo, dejándolo con la palabra en la boca, aún le pareció más bella; el viento le descubría las formas, las brisas que le chocaban agitaban sus ropas y le empujaba hacia atrás los cabellos: con la carrera aumentaba su belleza. Pero Apolo no puede soportar más, ese amor vano, y obedeciendo a sus deseos, la sigue, la persigue, como cuando un perro ha visto a una liebre en campo abierto, el uno busca el botín deseado, la liebre busca su vida; así corren veloces el dios y la ninfa, él por amor y esperanza, ella por temor. Apolo, es más rápido ayudado por las alas del amor, se niega al descanso, acosa la espalda de la ninfa, echa su aliento sobre sus cabellos que el ondean sobre el cuello. Agotadas sus fuerza, palideció, vencida por la fatiga de la huida, mira a las aguas del Peneo y dice: " Padre, destruye esta figura que ha gustado en demasía!" Apenas acabó su súplica cuando un entorpecimiento se apodera de sus miembros, sus suaves formas comienzan a ser envueltas por una delgada corteza, sus cabellos se transforman en hojas, en ramas sus brazos; sus pies, un momento antes tan veloces ahora son raíces, su cabeza es una arbórea copa, pero aún sigue siendo bella. Aún sigue Apolo amándola, y tocando el reciente tronco, percibe como palpita aún su corazón bajo la corteza, y besa la madera, pero la madera huye de sus besos. Y el dios hablo así: " Ya que no serás mi mujer, serás mi árbol, siempre te llevará mi cabellera" El laurel asintió con sus ramas recién formadas, y parecía, que como cabeza, agitaba su copa.

GARCILASO DE LA VEGA (1503-1536)




SONETO XIII
A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos qu'el oro escurecían;

de áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros que aun bullendo 'staban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol, que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba!