20 diciembre 2008

Léxico - Navidad

Cuando compramos los regalos de Navidad, decoramos el árbol o nos reunimos con la familia alrededor de la cena navideña, raramente nos detenemos a pensar cómo se fueron formando esas tradiciones milenarias, algunas de ellas mucho más antiguas que el propio cristianismo.
La conmemoración del nacimiento de Jesús, la fiesta más universal de Occidente, se celebró por primera vez el 25 de diciembre de 336 en Roma, pero hasta el siglo V, la Iglesia de Oriente siguió conmemorando el nacimiento y el bautismo del ‘niño Dios’ de los cristianos el 6 de enero. El nombre de la fiesta Navidad, proviene del latín nativitas, nativitatis (nacimiento, generación).
En siglos posteriores, las diócesis orientales fueron adoptando el 25 de diciembre, y dejando el 6 de enero para recordar el bautismo de Cristo, con excepción de la Iglesia armenia, que hasta hoy conmemora la Navidad en esa fecha de enero.
No se conoce con certeza la razón por la cual se eligió el 25 de diciembre para celebrar la fiesta navideña, pero los estudiosos consideran probable que los cristianos de aquella época se hubieran propuesto reemplazar con la Navidad la fiesta pagana conocida como natalis solis invicti (festival del nacimiento del sol invicto), que correspondía al solsticio de invierno en el hemisferio norte, a partir del cual empieza a aumentar la duración de los días y el sol sube cada día más alto por encima del horizonte.
Una vez que la Iglesia oriental instituyó el 25 de diciembre para la Navidad, el bautismo de Jesús empezó a festejarse en Oriente el 6 de enero, pero en Roma esa fecha fue escogida para celebrar la llegada a Belén de los Reyes Magos, con sus regalos de oro, incienso y mirra.
A lo largo de los siglos, las costumbres tradicionales vinculadas a la Navidad se desarrollaron a partir de múltiples fuentes. En esas tradiciones, tuvo considerable influencia el hecho de que la celebración coincidiera con las fechas de antiquísimos ritos paganos de origen agrícola, que tenían lugar al comienzo del invierno.
Así, la Navidad acogió elementos de la tradición latina de la Saturnalia, una fiesta de regocijo e intercambio de regalos, que los romanos celebraban el 17 de diciembre en homenaje a Saturno.

13 diciembre 2008

Léxico - Autopsia

Del griego autopsía, formada por autos (mismo) y ops (visión), con el sentido de ‘ver con los propios ojos’. El primer caso de autopsia hallado en castellano data del siglo XVII, en este texto de Carlos III, la obra de Carlos Gutiérrez de los Ríos publicada en 1790.
Los lugares los hallábamos abandonados y sin provisión alguna, y lo que dañó mucho fue el calor excesivo y el mosto, de que usaban con exceso los soldados, y con el cual se quemaban los intestinos, como lo hizo ver la autopsia de los cadáveres.
Una composición semejante tiene el sinónimo necropsia, formado por nekrós (muerto, cadáver) y ops, surgida en nuestra lengua en la segunda mitad del siglo XIX.

06 diciembre 2008

Léxico - Bigote

Los enormes bigotes que solían usar los germanos en la Edad Media llamaron la atención de los habitantes de la Península Ibérica, no menos que los juramentos y las imprecaciones que proferían aquellos bárbaros.
Con inusitada frecuencia, los germanos exclamaban bi Got! ‘¡por Dios!’. Más que un juramento, era una mera interjección. Sin entender lo que aquella palabra significaba, los españoles empezaron a llamar bigot a los hombres bigotudos hasta que, con el tiempo, la palabra ya castellanizada como bigote sirvió para denominar el propio apéndice piloso.
Muchos creen que bigote llegó al español bajo el Imperio de Carlos I (Carlos V de Alemania) con el fuerte contingente germánico que entró por entonces a la Península. Sin embargo, Carlos I gobernó el Imperio a comienzos del siglo XVI, y bigote aparecía ya en el Diccionario latino-castellano, de Nebrija.
Por otra parte, aunque la etimología parece suficientemente comprobada, no es seguro que hayan sido los germanos quienes llevaron la palabra a la Península. En efecto, allá por el siglo XII, en Francia se llamaba bigot a los normandos, y en esa época, al otro lado del canal de la Mancha, los ingleses pronunciaban bi God ‘por Dios’. Sobre esta base, se plantea la duda acerca de si esta voz fue traída al español por los germanos o por los franceses.
En un trabajo de 1968, el académico Rafael Lapesa afirmaba que bigote debía su origen al bi Got proferido por unos guardias suizos que participaron en la Reconquista de Granada y que habían llegado a España en 1483, una fecha perfectamente compatible con el registro de Nebrija arriba mencionado.