24 diciembre 2009

Lectura segundo trimestre

Mendoza, Eduardo, Sin noticias de Gurb, Seix Barral, 1990.
Esta divertida novela relata la búsqueda de un extraterrestre que ha desaparecido, tras adoptar la apariencia de la vocalista Marta Sánchez, en la jungla urbana barcelonesa. Pero el protagonista de la narración no es Gurb, sino otro alienígena que sale en pos de él y cuyo diario constituye el esqueleto de la narración. La verdadera naturaleza del relato es de carácter satírico: Mendoza convierte esta Barcelona, a un tiempo cotidiana y absurda, en el escenario de una carnavalada que revela el verdadero rostro del hombre urbano actual.
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Para más información sobre el autor podéis consultar su página web: Eduardo Mendoza

Bon Nadal - Feliz Navidad


20 diciembre 2009

Papa Noël

El viejecito de ropas rojas y barba blanca que vemos en vísperas de Navidad en los centros comerciales de todo el mundo, se ha convertido en ícono cultural de la sociedad de consumo del tercer milenio. El mito del sonriente personaje que encanta a los niños, fue forjado a lo largo de los últimos diecisiete siglos, basado en la historia de un obispo que vivió en el siglo IV.
La ciudad de Mira, en el antiguo reino de Licia, actual territorio de Turquía, tuvo un prelado llamado Nicolás, célebre por la generosidad que mostró con los niños y con los pobres, y que fue perseguido y encarcelado por el emperador Diocleciano. Con la llegada de Constantino al trono de Bizancio —ciudad que con él se llamó Constantinopla—, Nicolás quedó en libertad y pudo participar en el Concilio de Nicea (325). A su muerte fue canonizado por la Iglesia católica con el nombre de san Nicolás.
Surgieron entonces innúmeras leyendas sobre milagros realizados por el santo en beneficio de los pobres y de los desamparados. Durante los primeros siglos después de su muerte, san Nicolás se tornó patrono de Rusia y de Grecia, así como de incontables sociedades benéficas y, también, de los niños, de las jóvenes solteras, de los marineros, de los mercaderes y de los prestamistas.
Ya desde el siglo VI, se habían venido erigiendo numerosas iglesias dedicadas al santo, pero esta tendencia quedó interrumpida con la Reforma, cuando el culto a san Nicolás desapareció de toda la Europa protestante, excepto de Holanda, donde se lo llamaba Sinterklaas (una forma de san Nicolás en neerlandés).
En Holanda la leyenda de Sinterklaas se fusionó con antiguas historias nórdicas sobre un mítico mago que andaba en un trineo tirado por renos, que premiaba con regalos a los niños buenos y castigaba a los que se portaban mal.
En el siglo XI, mercaderes italianos que pasaban por Mira robaron reliquias de san Nicolás y las llevaron a Bari, con lo que esa ciudad italiana, donde el santo nunca había puesto los pies, se convirtió en centro de devoción y peregrinaje, al punto de que hoy el santo es conocido como san Nicolás de Bari.
En el siglo XVII, emigrantes holandeses llevaron la tradición de Sinterklaas a los Estados Unidos, cuyos habitantes anglófonos adaptaron el nombre a Santa Claus, más fácil de pronunciar para ellos, y crearon una nueva leyenda, que acabó de cristalizar en el siglo XIX, sobre un anciano alegre y bonachón que en Navidad recorre el mundo en su trineo, distribuyendo regalos.
En los Estados Unidos, Santa Claus se convirtió rápidamente en símbolo de la Navidad, en estímulo de las fantasías infantiles y, sobre todo, en ícono del comercio de regalos navideños, que anualmente moviliza miles de millones de dólares.
Esta tradición no demoró en cruzar nuevamente el Atlántico, ahora remozada, y en extenderse hacia varios países europeos, en algunos de los cuales Santa Claus cambió de nombre. En el Reino Unido se le llamó Father Christmas (papá Navidad); en Francia fue traducido a Père Noël (con el mismo significado), nombre del cual los españoles tradujeron sólo la mitad, para adoptar Papá Noel, que se extendió rápidamente a América Latina.

05 noviembre 2009

Determinante sendos

El determinante sendos tiene un valor numeral distributivo; significa 'uno cada uno': Los tres chicos iban montados en sendas bicicletas significa que cada uno de ellos iba montado en una bicicleta. No significa, pues, como muchos creen, 'grande' (*Lo dejaron malherido de sendos garrotazos), ni 'ambos' (*Atracó una joyería y asaltó a unos transeúntes. El juez lo ha acusado de sendos delitos). Teniendo en cuenta la vedadera función de sendos-sendas, transformamos las siguientes oraciones:
  • Los alféreces llevaban una bandera cada uno - Los alféreces llevaban sendas banderas.
  • Los asistentes depositaron en la urna una papeleta cada uno - Los asistentes depositaron sendas papeletas.
  • Cada paso de la procesión iba acompañado de una banda de música - Los pasos de la procesión iban acompañados de sendas bandas de música.
  • Se entregó una manta a cada excursionista - Se entregó sendas mantas a los excursionistas.
  • Todas las alumnas, por orden de lista, formularon una pregunta - Todas las alumnas, por orden de lista, formularon sendas preguntas.

04 noviembre 2009

Definición de ritmo

Podéis encontrar una definición de ritmo en el blog de María del Mar Salas Carretero

26 octubre 2009

Comentario de Texto I - Bécquer

RIMA VII

Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa.

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!

¡Ay!, pensé: ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma
y una voz como Lázaro espera
que le diga: «Levántate y anda»!

1.- Explica el contenido de cada una de las estrofas.
2.- Justifica que de la evocación de un objeto se pase a una reflexión.
3.- ¿Cuál es la forma métrica de cada una de las estrofas?
4.- ¿Tiene alguna finalidad expresiva la medida del v. 4, distinta a la de los vv. anteriores?
5.- El sujeto de la primera oración (primera estrofa) se encuentra al final, después de varios complementos y del verbo; en el v. 1 hay, además, un claro hipérbaton: ¿qué valor expresivo tienen ambas cosas?
6.- ¿Sobre qué imagen se construye el poema?
7.- El tema de la rima, ¿es una reflexión sobre la poesía? En este caso, ¿qué se dice de ella?

Garcilaso de la Vega - ÉGLOGA I

ÉGLOGA I

AL VIRREY DE NÁPOLES

Personas: SALICIO, NEMOROSO

El dulce lamentar de dos pastores,
Salicio juntamente y Nemoroso,
he de contar, sus quejas imitando;
cuyas ovejas al cantar sabroso
estaban muy atentas, los amores,.................. 5
de pacer olvidadas, escuchando.
Tú, que ganaste obrando
un nombre en todo el mundo
y un grado sin segundo,
agora estés atento sólo y dado ..................... 10
el ínclito gobierno del estado
Albano; agora vuelto a la otra parte,
resplandeciente, armado,
representando en tierra el fiero Marte;

....

Saliendo de las ondas encendido,
rayaba de los montes al altura
el sol, cuando Salicio, recostado ................... 45
al pie d'una alta haya, en la verdura,
por donde un agua clara con sonido
atravesaba el fresco y verde prado,
él, con canto acordado
al rumor que sonaba, ....................................... 50
del agua que pasaba,
se quejaba tan dulce y blandamente
como si no estuviera de allí ausente
la que de su dolor culpa tenía;
y así, como presente, ....................................... 55
razonando con ella, le decía:

Salicio:

¡Oh más dura que mármol a mis quejas,
y al encendido fuego en que me quemo
más helada que nieve, Galatea!,
estoy muriendo, y aún la vida temo; .........60
témola con razón, pues tú me dejas,
que no hay, sin ti, el vivir para qué sea.
Vergüenza he que me vea
ninguno en tal estado,
de ti desamparado, ........................................ 65
y de mí mismo yo me corro agora.
¿D'un alma te desdeñas ser señora,
donde siempre moraste, no pudiendo
della salir un hora?
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. ......... 70

El sol tiende los rayos de su lumbre
por montes y por valles, despertando
las aves y animales y la gente:
cuál por el aire claro va volando,
cuál por el verde valle o alta cumbre .........75
paciendo va segura y libremente,
cuál con el sol presente
va de nuevo al oficio,
y al usado ejercicio
do su natura o menester l'inclina, .............. 80
siempre está en llanto esta ánima mezquina,
cuando la sombra el mundo va cubriendo,
o la luz se avecina.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.

¿Y tú, desta mi vida ya olvidada, ............... 85
sin mostrar un pequeño sentimiento
de que por ti Salicio triste muera,
dejas llevar, ¡desconocida!, al viento
el amor y la fe que ser guardada
eternamente sólo a mí debiera? ................. 90
¡Oh Dios!, ¿por qué siquiera,
pues ves desde tu altura
esta falsa perjura
causar la muerte d'un estrecho amigo,
no recibe del cielo algún castigo? .................95
Si en pago del amor yo estoy muriendo,
¿qué hará el enemigo?
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.

Por ti el silencio de la selva umbrosa,
por ti la esquividad y apartamiento ........ 100
del solitario monte m'agradaba;
por ti la verde hierba, el fresco viento,
el blanco lirio y colorada rosa
y dulce primavera deseaba.
¡Ay, cuánto m'engañaba! ............................ 105
¡Ay, cuán diferente era
y cuán d'otra manera
lo que en tu falso pecho se escondía!
Bien claro con su voz me lo decía
la siniestra corneja, repitiendo .................... 110
la desventura mía.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.

¡Cuántas veces, durmiendo en la floresta,
reputándolo yo por desvarío,
vi mi mal entre sueños, desdichado! .......... 115
Soñaba que en el tiempo del estío
llevaba, por pasar allí la siesta,
a abrevar en el Tajo mi ganado;
y después de llegado,
sin saber de cuál arte, ..................................... 120
por desusada parte
y por nuevo camino el agua s'iba;
ardiendo yo con la calor estiva,
el curso enajenado iba siguiendo
del agua fugitiva. .............................................. 125
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.

Tu dulce habla ¿en cúya oreja suena?
Tus claros ojos ¿a quién los volviste?
¿Por quién tan sin respeto me trocaste?
Tu quebrantada fe ¿dó la pusiste? ............... 130
¿Cuál es el cuello que, como en cadena,
de tus hermosos brazos anudaste?
No hay corazón que baste,
aunque fuese de piedra,
viendo mi amada hiedra, .............................. 135
de mí arrancada, en otro muro asida,
y mi parra en otro olmo entretejida,
que no s'esté con llanto deshaciendo
hasta acabar la vida.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. .......... 140

19 octubre 2009

29 septiembre 2009

Biblioteca Valenciana - Taller de microrrelatos

(Monasterio de San Miguel de los Reyes
Av. de la Constitución, 284, 46019 Valencia)

15 de octubre

Taller de microrrelatos
Imparte el taller: Vicente Valls

Microcuento, minicuento, cuento minúsculo, cuento en miniatura, incluso cuentículo... Existen demasiadas denominaciones para dar cuerpo al cuento brevísimo, entre las que parece imponerse la de "microrrelato".

Un fenómeno en absoluto nuevo en la literatura, que sin embargo parece ponerse de moda en el último medio siglo, de la mano de insignes cultivadores de la ficción hispanoamericana como Borges, Cortázar, García Márquez, Arreola, Denevi y Monterroso. Porque, aunque el microrrelato no es ajeno a todas las literaturas contemporáneas -basta recordar la extraña belleza de los cuentos breves de Kafka o el impagable humor de los de Slawomir Mrozek-, parece haber irrumpido con mayor fuerza al otro lado del Atlántico, donde también se ha intentado dotarlo de base teórica y distinguirlo de especies afines. No faltan en nuestro país brillantes cultivadores del microrrelato, como Luis Mateo Díez, Max Aub o Antonio Pereira, y es raro el escritor que no haya perpretado uno alguna vez.

El microrrelato hunde sus raíces, como toda literatura, en la tradición oral, en forma de fábulas y apólogos, y va tomando cuerpo en la Edad Media a través de la literatura didáctica, que se sirve de leyendas, adivinanzas y parábolas. Algunos han visto el microrrelato como la versión en prosa del haiku oriental y otros lo han hecho derivar de la literatura lapidaria.

Pero es en la época moderna, al nacer el cuento como género literario, cuando el microrrelato se populariza en la literatura en español gracias a la concurrencia de dos fenómenos de distinta índole: la explosión de las vanguardias con su renovación expresiva y la proliferación de revistas que exigían textos breves ilustrados para llenar sus páginas culturales. Algunas de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna son verdaderos cuentos de apenas una línea, y también Rubén Darío y Vicente Huidobro publicaron minicuentos desde diversas estéticas. Junto a estos autores, la crítica señala también al mexicano Julio Torri y al argentino Leopoldo Lugones como decisivos precursores del actual microrrelato.

En la segunda mitad del siglo XX el microrrelato llega a su madurez. Ya no se trata de un ejercicio de estilo, de una pirueta de agudeza o de un retazo más o menos misterioso de prosa poética. El microrrelato se presenta como una auténtica propuesta literaria, como el género idóneo para definir, parodiar o volver del revés la rapidez de los nuevos tiempos y la estética posmoderna. Algo que tiene que ver con Italo Calvino y sus "Seis propuestas para el próximo milenio", con sus "hibridaciones multiculturales", como ha señalado Enrique Yepes, uno de los estudiosos de este arte pigmeo. El cuento brevísimo es la arena ideal donde se bate la moda de la destrucción de los géneros, hasta el punto de que resulte imposible -e inútil- tratar de definirlo, distinguirlo o envolverlo de legalidad.

Proliferan así estos "cuentos concentrados al máximo, bellos como teoremas" -según expresión del argentino David Lagmanovich- que, con su despojamiento, ponen a prueba "nuestras maneras rutinarias de leer". Para diferenciarlos de los aforismos, las frases lapidarias o los miniensayos, deben cumplir los principios básicos de la narratividad, aunque de una forma extravagantemente concentrada. Son, casi siempre, ejercicios de reescritura, o minúsculo laboratorio de experimentación del lenguaje, o ambiciosa pretensión de encerrar en unas líneas una visión trascendente del mundo.

Pero queda una sospecha: ¿no habrá en todo esto un poco de pereza? Con su humor de siempre, Augusto Monterroso parece sembrar la duda cuando escribe: "Lo cierto es que el escritor de brevedades nada anhela más en el mundo que escribir interminablemente largos textos en que la imaginación no tenga que trabajar, en que hechos, cosas, animales y hombres se crucen, se busquen o se huyan, vivan, convivan, se amen o derramen libremente su sangre sin sujeción al punto y coma, al punto".
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EL DINOSAURIO
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

Augusto Monterroso, Obras completas (y otros cuentos)

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EL POZO
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años.
Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa.
Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse.
En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el interior."Este es un mundo como otro cualquiera", decía el mensaje.

Luis Mateo Díez, "El pozo", Los males menores, Madrid, Alfaguara, 1993, p. 140

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BÍBLICA
Levanto el sitio y abandono el campo... La cita es para hoy en la noche. Ven lavada y perfumada. Unge tus cabellos, ciñe tus más preciosas vestiduras, derrama en tu cuerpo la mirra y el incienso. Planté mi tienda de campaña en las afueras de Betulia. Allí te espero guarnecido de púrpura y de vino, con la mesa de manjares dispuesta, el lecho abierto y la cabeza prematuramente cortada.
Juan José Arreola, Dexografías

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“LAS LÍNEAS DE LA MANO”
De una carta tirada sobre la mesa sale una línea que corre por la plancha de pino y baja por una pata. Basta mirar bien para descubrir que la línea continúa por el piso de parqué, remonta el muro, entra en una lámina que reproduce un cuadro de Boucher, dibuja la espalda de una mujer reclinada en un diván y por fin escapa de la habitación por el techo y desciende en la cadena del pararrayos hasta la calle. Ahí es difícil seguirla a causa del tránsito, pero con atención se la verá subir por la rueda del autobús estacionado en la esquina y que lleva al puerto. Allí baja por la media de nilón cristal de la pasajera más rubia, entra en el territorio hostil de las aduanas, rampa y repta y zigzaguea hasta el muelle mayor y allí (pero es difícil verla, sólo las ratas la siguen para trepar a bordo) sube al barco de turbinas sonoras, corre por las planchas de la cubierta de primera clase, salva con dificultad la escotilla mayor y en una cabina, donde un hombre triste bebe coñac y escucha la sirena de partida, remonta por la costura del pantalón, por el chaleco de punto, se desliza hasta el codo y con un último esfuerzo se guarece en la palma de la mano derecha, que en este instante empieza a cerrarse sobra la culata de una pistola.

Julio Cortázar, Historias de cronopios y de famas, 1962

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25 septiembre 2009

Esbozo - Impostor - Vasto - Proscrito

Esbozo
1. m. Acción y efecto de esbozar.
2. m. Bosquejo sin perfilar y no acabado. Se usa especialmente hablando de las artes plásticas, y, por ext., de cualquier obra del ingenio.
3. m. Aquello que puede alcanzar mayor desarrollo y extensión.
4. m. Biol. Tejido, órgano o aparato embrionario que todavía no ha adquirido su forma y estructura definitivas.

Impostor
, ra.
(Del lat. impostor, -ōris).
1.
adj. Que atribuye falsamente a alguien algo. U. m. c. s.
2.
adj. Que finge o engaña con apariencia de verdad. U. m. c. s.
3.
m. y f. Suplantador, persona que se hace pasar por quien no es.

Vasto
, ta.
(Del lat. vastus).

1.
adj. Dilatado, muy extendido o muy grande.

Proscrito
, ta.
(Del part. irreg. de proscribir).
1.
adj. desterrado. U. t. c. s.

Desterrado
, da.
(Del part. de desterrar).
1.
adj. Que sufre pena de destierro. U. t. c. s.

02 junio 2009

Léxico - Fantoche

Se usa para denominar a una persona grotesca, desdeñable, neciamente presumida o estrafalaria y también un muñeco grotesco, a veces movido por hilos, según la definición académica.
Esta última acepción es probablemente la más usada hoy en día para referirse en sentido metafórico a autoridades de quienes se afirma que no actúan de acuerdo con sus propias decisiones, sino como si fueran 'movidas por hilos' manejados por personajes poderosos que permanecen en la sombra.
La palabra proviene del francés fantoche, lengua a la cual llegó en 1863 del italiano fantoccio, con el significado de 'títere o marioneta', para trasmitir la idea de que un fantoche es un sujeto manejable como un niño. Fantoccio proviene de fante (niño pequeño, infante), derivado del latín infans -ntis (mudo, infantil), compuesto por la partícula privativa in- y fans, participio del verbo latino fari (hablar).
La Real Academia Española recogió este término por primera vez en su Diccionario de 1925.

23 mayo 2009

En memoria de Mario Benedetti

En memoria de Mario Benedetti.
(haz clic sobre el enlace para ver el vídeo)

Televisión Española rinde un homenaje al poeta uruguayo Mario Benedetti, recientemente fallecido, con la emisión de 'En memoria de Mario Benedetti'. En este programa especial de 50 minutos, TVE recupera algunas de las entrevistas al poeta del compromiso e imágenes sobre los episodios más relevantes de su trayectoria vital y literaria.

26 marzo 2009

Léxico - Chamán

Los chamanes son sacerdotes o hechiceros en comunidades que viven principalmente de la caza y de la pesca en diversas regiones del planeta. Se les atribuye el don de la sabiduría, recibido por herencia o por aprendizaje iniciático, que a veces incluye el uso de drogas alucinógenas. Éste sería el caso de la ayahuasca, empleada en algunos rituales amazónicos, o del peyote, usado por chamanes de México.
Los chamanes existen en pueblos siberianos, en Japón, en tribus indígenas de las tres Américas y en las de Australia y Nueva Zelanda, aunque no siempre con ese nombre. Con una extensión geográfica tan amplia, es lícito pensar que la palabra tiene denotaciones diferentes en sus diversos ámbitos geográficos, y cabe mencionar que algunos grupos esotéricos definen chamán como ‘gran maestro del éxtasis en cultos mágico-religiosos’.
La palabra proviene del sánscrito sramyati ‘cansado’, de donde se derivó srama-s ‘esfuerzo’, ‘ejercicio religioso’. En el budismo, se llamó sramaná-s a los ascetas seguidores de Buda. La palabra llegó al ruso samán a través del tungús saman, con el significado de ‘monje budista’.
Tras milenios de historia y la palabra penetró en inglés bajo la forma shaman, con el significado de ‘brujo o hechicero’ en un diario de viaje de 1698, desde Rusia hacia China, escrito por A. Brand, de donde fue tomado por el francés chaman. La palabra aparece registrada en escritos en nuestra lengua a partir de mediados del siglo XX, pero sólo en 1983 fue incorporada al Diccionario de la Academia como "hechicero al que se supone dotado de poderes sobrenaturales para sanar a los enfermos, adivinar, invocar a los espíritus, etc.". En el portugués de Brasil, se adoptó la forma xamã.

21 marzo 2009

Léxico - Silueta

Cuidar la silueta suele ser una preocupación muy frecuente en las mujeres que temen aumentar de peso y perder elegancia. Algunos vestidos se diseñan para realzar la belleza de la silueta femenina, entendida como los contornos del cuerpo.
De un modo más genérico, silueta es un dibujo de la sombra de un objeto, o sea, de su contorno, sin tener en cuenta los detalles de ese objeto.
La palabra proviene del francés silhouette, y se tomó del nombre de un austero ministro de Hacienda de Francia de Luis XV, Étienne de Silhouette (1709-1767), quien llegó al cargo en marzo de 1759 por recomendación de la favorita del monarca, madame de Pompadour. Este ministro tenía la afición de recortar en papel retratos de siluetas. Silhouette se granjeó la animadversión tanto de la nobleza como de la pequeña burguesía, perjudicadas por sus medidas, con lo que su impopularidad muy pronto se generalizó en toda Francia, a tal punto que en noviembre del mismo año se vio obligado a renunciar.
Pero la afición del ministro de recortar dibujos de contornos, que los cortesanos llamaban con desprecio portraits à la Silhouette (retratos al estilo Silhouette), se había hecho famosa y contaba con una popularidad mucho mayor que la del alto funcionario nombrado por la favorita del rey.
En 1788, silhouette ya aparecía en francés para designar dibujos de contornos, y en 1835 la palabra era admitida por la Academia Francesa. Pero fue Chateaubriand quien en 1841 usó por primera vez silhouette para referirse específicamente a los contornos de cuerpos humanos.
Silueta apareció en el Diccionario de la Real Academia en su edición de 1869, y ya en 1864 era usada por el poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) en Desde mi celda:
Absorto en estos pensamientos, doblo el periódico y me dirijo a mi habitación. Cruzo la sombría calle de árboles y llego a la primera cerca del monasterio, cuya destellada silueta destaca por oscuro sobre el cielo, en un todo semejante a la de un castillo feudal.

07 marzo 2009

Léxico - Ahorrar

Palabra castellana equivalente al francés épargner, al italiano sparagnare, al inglés to save, al catalán estalviar, el alemán sparen y el portugués poupar.
La palabra proviene del árabe hurr (libre, por contraste con ‘esclavo’). En el siglo XVII, ahorrar todavía significaba ‘poner en libertad a un esclavo’, aunque ya en el siglo XIII tenía el sentido de ‘liberar de una carga o de un esfuerzo’. Sin embargo, en el Lazarillo de Tormes, ya aparece con ese sentido y también con el de ‘hacer economías’. Veamos aquí un ejemplo del primer caso:
Ya que estuve medio bueno de mi negra trepa y cardenales, considerando que a pocos golpes tales el cruel ciego ahorraría de mí, quise yo ahorrar dél; mas no lo hice tan presto por hacello más a mi salvo y provecho.
Y aquí otro, en la misma obra, con la denotación de ‘economizar’:
Fueme tan bien en el oficio que al cabo de cuatro años que lo usé, con poner en la ganancia buen recaudo, ahorré para me vestir muy honradamente de la ropa vieja, de la cual compré un jubón de fustán viejo y un sayo raído de manga tranzada y puerta, y una capa que había sido frisada, y una espada de las viejas primeras de Cuéllar.
La palabra tiene el mismo origen que en portugués alforria (liberación de un esclavo), que también se repite con el mismo sentido en gallego y en asturiano (aforrar).
Cabe precisar que las voces francesa, italiana y alemana arriba mencionadas provienen del germánico sparanjan (ahorrar, en el sentido de librarse de un esfuerzo).

01 marzo 2009

Arrebol - Fronda - Aurora - Enarcar

arrebol1.
(De arrebolar).
1. m. Color rojo de las nubes iluminadas por los rayos del Sol.
2. m. Este mismo color en otros objetos y especialmente en el rostro de la mujer.
3. m. colorete (‖ cosmético).
4. m. pl. arrebolada.

arrebol2.
(Del dialect. redol y ruedo).
1. m. Sal. Ruedo o refuerzo en la falda del traje de charra.
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fronda1.
(Del lat. frons, frondis).
1. f. Hoja de una planta.
2. f. Bot. Hoja de los helechos.
3. f. pl. Conjunto de hojas o ramas que forman espesura.

fronda2.
(Del fr. fronde).
1. f. Med. Vendaje de lienzo, de cuatro cabos y forma de honda, que se emplea en el tratamiento de las fracturas y heridas.
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aurora.
(Del lat. aurōra, de aura, brillo, resplandor).
1. f. Luz sonrosada que precede inmediatamente a la salida del Sol.
2. f. Principio o primeros tiempos de algo.
3. f. Hermosura del rostro, y, por ext., el rostro sonrosado.
4. f. Bebida compuesta de leche de almendras y agua de canela.
5. f. Canto religioso que se entonaba al amanecer, antes del rosario, y con el que se daba comienzo a la celebración de una festividad de la Iglesia.

  • aurora austral.
    1. f. Meteor. aurora polar del hemisferio sur.
  • aurora boreal.
    1. f. Meteor. aurora polar del hemisferio norte.
  • aurora polar.
    1. f. Meteor. Meteoro luminoso que se observa cerca de los polos magnéticos, producido por partículas cargadas eléctricamente que proceden de las erupciones solares.
  • despuntar, o romper, la aurora.
    1. locs. verbs. Empezar a amanecer.

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enarcar.
1. tr. arquear (‖ dar forma de arco). U. t. c. prnl.
2. tr. Echar cercos o arcos a las cubas, toneles, etc.
3. prnl. Encogerse, achicarse.
4. prnl. Méx. Dicho de un caballo: encabritarse.

28 febrero 2009

Léxico - Hora

En tiempos muy primitivos, una hora era la doceava parte del tiempo transcurrido entre la salida y la puesta del sol. Su duración variaba, por tanto, con las estaciones y, entre los indoeuropeos se llamaba yora.
Los egipcios fueron los primeros en dividir el día en 24 partes iguales, una práctica que fue adoptada por los griegos, quienes le dieron el nombre de hora, y después por los romanos, se cree que inicialmente con una h aspirada que probablemente desapareció antes de la época clásica.
Los romanos acuñaron también la expresión hac hora (en esta hora), que llegó al español inicialmente como agora, que después del siglo XII se convirtió en ahora en castellano, aunque agora se mantiene hasta hoy en gallego y en portugués. Durante el siglo XV se hizo común en español la expresión ‘en hora buena’, que terminó por convertirse un siglo más tarde en la palabra enhorabuena.
En gallego-portugués (lengua que más tarde se dividió en dos) en el siglo XV ya se decía en boa hora y emboora, que finalmente se redujo al actual embora (en buena hora). En portugués, con el verbo ir, embora da la idea de retirada que en español se expresa con forma pronominal ‘irse’.
Con el verbo griego skopein (ver), que está presente en ‘microscopio’, ‘telescopio’, ‘endoscopía’ y muchas otras, hora formó también ‘oroscopos para los griegos y horoscopos en latín, que sólo apareció en castellano hacia comienzos del siglo XVII.

21 febrero 2009

Léxico - Mes

Para los pueblos indoeuropeos –cuyos idiomas dieron origen a ciento cincuenta lenguas habladas hoy por la mitad de la humanidad– la palabra empleada para mes era la misma que designaba a la Luna, lo que no debe sorprender, si recordamos que una lunación dura veintiocho días.
En efecto, la raíz indoeuropea dio lugar al vocablo griego men, mene, del que se derivó el vocablo latino mensis, que llegó a nosotros bajo la forma mes.
La primitiva equivalencia entre ‘luna’ y ‘mes’ se perdió en latín, pero en otras lenguas se mantuvo una proximidad entre ambos términos: en inglés, month/Moon; en alemán Monat/Mond; en holandés Maand/maan y, en sueco, månad/måne.
En español, muchas otras palabras se derivaron de mes o de mensis, tales como menstruación, menopausia, amenorrea, trimestre y semestre.

07 febrero 2009

Léxico - Paralelo

Rectas o planos paralelos son aquellos equidistantes entre sí, de modo que no se encuentran por más que se prolonguen. La palabra llegó al español procedente del latín parallelus y éste, del griego parallelos, con el mismo significado.
El vocablo griego se formó a partir de la preposición pará (al lado) y allelos (uno, con relación al otro), derivado a su vez de allos (otro). Cabe observar que allelos también está presente en nuestra lengua en alelomorfo, que se aplica en biología a los caracteres genéticos opuestos de un individuo, que pueden manifestarse de una u otra manera, como ‘ojos claros-ojos oscuros’, ‘nariz aguileña-nariz respingada’, por ejemplo.
Paralelo se aplica también a los círculos menores que rodean la Tierra en posición paralela al Ecuador.
En sentido figurado, paralelo se usa también para denotar una comparación entre una persona o cosa con otra semejante, como hace Plutarco en su obra Vidas paralelas. En ese sentido, paralelismo equivale a semejanza.
Si a paralelo le añadimos el sufijo –grama (lo que está escrito, trazado o dibujado), formamos paralelogramo, un cuadrilátero cuyos lados opuestos son paralelos.
También se combina paralelo con la palabra griega epípedon (superficie, formada por epi- [sobre] y pédon [piso, suelo]) y tendremos paralelepípedo, un sólido compuesto por seis caras, paralelas dos a dos, cada una de las cuales tiene la forma de un paralelogramo.

01 febrero 2009

Cuestión de género

Artículo de opinión publicado en el Diario Información de Alicante el 31 de enero de 2009.
Julio G. Pesquera
Respecto a la campaña promovida por el Ayuntamiento "Alicante guapa, guapa, guapa" me han planteado varios lectores si no sería más correcto concordar el adjetivo en masculino, pero el asunto, a primera vista baladí, tiene más miga de la que parece y obliga a reflexionar de manera global sobre la cuestión del género, y en particular sobre el de los nombres de las ciudades, para tratar de llegar a una conclusión razonada.
En principio, hay que establecer que el género es un rasgo arbitrario, salvo en los casos en que se refiere a seres sexuados concretos -león, leona, gato, gata- y que los nombres de objetos, cualidades y, en general, seres a los que no se puede atribuir sexo son masculinos o femeninos sin ninguna razón que lo justifique, de modo que en una lengua un vocablo puede ser masculino y el equivalente, en otra, femenino. En español hay una marcada tendencia a que los nombres acabados en /o/ sean masculinos y por tanto se pueda poner delante de ellos el artículo "el" y que los acabados en /a/ sean femeninos y lleven el artículo "la". Con algunas excepciones, porque, por ejemplo, "mano" termina en /o/ y decimos "la mano" y "hampa" acaba en /a/ y decimos "el hampa". Además, se plantea que hay muchísimos sustantivos que no terminan ni en /o/ ni en /a/ sino en otra vocal o en cualquier consonante y entonces sí que se hace más patente que no existen ni norma ni tendencia válida sino que se pone de manifiesto la arbitrariedad más absoluta y sabemos que "camión", "clarinete" o "rosal" son masculinos por la gracia de Dios, y "matriz", "flexión" o "humildad" son femeninos porque así lo ha impuesto el uso. Hay además una excepción: cuando un nombre comienza por /a/ tónica, es decir, acentuada, no porque lleve o no tilde sino porque recaiga en ella la mayor fuerza de voz -eso es lo que significa estar acentuada- como en "águila", "aula" o "agua", en singular se pone delante el artículo "el", como si fueran masculinas, aunque no lo sean (lo que se descubre porque en plural se dice "las águilas", "las aulas", "las aguas") para evitar la cacofonía (el mal sonido) que resultaría al poner "la" delante -pueden hacer la prueba para comprobarlo-, y así, se forma "el águila", "el aula", "el agua". Se da, incluso, que hay nombres invariables en cuanto al género como "el/la pianista" o "el/la siquiatra" en los que es el artículo el que distingue y otros que poseen una forma única para los dos sexos: "la perdiz", "el mosquito", "el lince" y muchos más; en estos suelen agregarse para distinguir el sexo las palabras "macho" o "hembra".
Y llegamos a los nombres de las ciudades. Si nos fijamos en las capitales de provincia españolas encontraremos que las acabadas en /a/ son indudablemente femeninas: "La Barcelona de principios del siglo XX fue muy revolucionaria", "La Vitoria actual es un modelo de ciudad limpia y moderna". Por el contrario, las acabadas en /o/ como Toledo o Lugo son masculinas -"Tomando unos vinos por el Lugo de las tabernas se pasa la tarde estupendamente y se come"-, pero las hay que terminan en otras vocales o en consonante y en estos casos el uso ha consagrado que sean masculinas: "El León monumental merece cuando menos dos días de visita", "Me encanta el Madrid de los Austrias", y no es posible hablar de "la León" ni de "la Madrid". En cuando al nombre de nuestra ciudad parece que sigue la misma regla y se prefiere "El Alicante de mi niñez era mucho más familiar y recogido" frente a "La Alicante de mi niñez", donde la sucesión de aes -"La Alicante"- no produce un efecto sonoro precisamente agradable y, aunque pueda haber a quien no le parezca mal, lo que es indudable es que la forma con el actualizador masculino delante resulta aceptada por todos.
Pero hete aquí que, si el nombre no va precedido de artículo, la cosa cambia, y cuando hace unos años se diseñó otra campaña para concienciar a la ciudadanía de que había que mejorar el aspecto de las calles y aceras se eligió como eslogan "Alicante ciudad limpia" en el que el adjetivo "limpia" concuerda con el nombre "ciudad". Esta vez se ha optado por eliminar "ciudad", aunque sigue estando por debajo de lo dicho en lo que los lingüistas llaman "la estructura profunda" -lo pensado- y por eso parece que nos suena mejor "Alicante guapa" que "Alicante guapo" pues el adjetivo concuerda con un sustantivo, "ciudad", que no está expreso, pero que se supone.
No hay de qué.

24 enero 2009

Léxico - Esponsorizar

No se puede recomendar el uso de esta palabra de origen inglés, sobre todo cuando en español contamos con la muy castiza patrocinar, pero ya que los académicos de la lengua han decidido incluirla en el Diccionario, vayamos a buscar su historia.
En realidad, el uso en castellano del verbo esponsorizar o del sustantivo espónsor (éste no incluido en el Diccionario, pero muy empleado) es consecuencia de traducciones tan infames como perezosas del verbo inglés to sponsor (patrocinar), y del sustantivo sponsor (patrocinador). Ninguna de estas palabras inglesas tiene origen anglosajón, sino que ambas llegaron a esa lengua a partir del latín spondere (prometer, asegurar, garantizar), que ya está en nuestra lengua en vocablos como esponsales y esposa.

22 enero 2009

Luis Leante - Rebelión en Nueva Granada

Luis Leante nació en Caravaca de la Cruz (Murcia) en 1963. Licenciado en Filología Clásica por la Universidad de Murcia, actualmente trabaja como profesor de Latín en Alicante. Ha cultivado diversos géneros literarios: relato, teatro, novela, poesía, ensayo, artículos periodísticos. Ha escrito guiones cinematográficos y algunos de sus relatos han sido adaptados al cine. Ha publicado los libros de relatos El último viaje de Efraín (1986) y El criador de canarios (1996), y las novelas Camino del jueves rojo (1983), Paisaje con río y Baracoa de fondo (1997), Al final del trayecto 1997), La Edad de Plata (1998), El canto del zaigú (2000), El vuelo de las termitas (2003, 2005), Academia Europa (2003), Mira si yo te querré (2007), La puerta trasera del paraíso (2007), Rebelión en Nueva Granada (2008) y La Luna Roja (2009). Ha conseguido algunos premios literarios de poesía, relato y novela.
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Leante, Luis, Rebelión en Nueva Granada. Editorial Alfaguara. Colección Serie Roja. Madrid, 2008.

Adriana es hija de un capitán embarcado a las Américas y prometida desde los 13 años a un hombre que no conoce. A pesar de que intenta evitarlo, Adriana se enamora de Álvaro Espinosa, un joven alférez, y es correspondida. Con el beneplácito de su padre, rompe su compromiso y se promete a Álvaro. Su padre y su enamorado parten al Nuevo Mundo y Adriana se queda en Cádiz esperándolos. Posteriormente, para reunirse con ellos, Adriana emprenderá un viaje, repleto de aventuras, en el que conocerá la realidad del Nuevo Continente y descubrirá que su padre y Álvaro se han unido a los indígenas, oponiéndose a los abusos perpetrados por los españoles. Entre los tres logran escapar de sus enemigos y, al final, Adriana puede casarse con el hombre al que ama.

Actividades para antes de la lectura:
1.- Observa la cubierta del libro y describe los objetos que componen la ilustración.
2.- ¿Qué información te aporta el título del libro y la ilustración de la cubierta respecto a la historia que vas a leer?
3.- ¿En dónde situarías el territorio de Nueva Granada? ¿Por qué se pudo producir una rebelión en ese lugar?
4.- ¿A qué género literario crees que pertenece la obra? Indica el título de obras de este género que hayas leído o películas que hayas visto y resume el argumento de una de ellas.
5.- Los hechos de la novela suceden en el siglo XVII. En España reinaba el rey Felipe IV. En esa época eran frecuentes los viajes de exploradores, mercaderes y soldados de su Majestad al Nuevo Mundo. ¿Qué acontecimientos importantes relacionados con América tuvieron lugar en aquella época?
6.- ¿Qué esperas encontrar en esta novela? ¿Te gustará? ¿Qué te hace suponerlo?
7.- Recuerda el nombre del autor de la novela, lee su biografía y anota los siguientes datos:
- Obras más importantes que ha escrito.
- Premios que ha recibido.

Blog de Luis Leante

17 enero 2009

Léxico - Fallecer

Frecuentemente se usa como equivalente a morir, tal vez como eufemismo, pero la sinonimia no es muy exacta. Fallecer es morir en el sentido de ‘llegar al fin de la vida’, como ocurre en la vejez o al cabo de una larga enfermedad, tiene un matiz de desfallecimiento, de proceso gradual. El buen uso del lenguaje exige que no se utilice fallecer para referirse a una muerte súbita o en un accidente: suena muy mal ‘fallecieron ochenta personas en la caída de un avión’.
La palabra proviene del verbo latino fallere (engañar, no cumplir, ser infiel, fingir), a partir del cual se formó también fallar. De este verbo se derivó el adjetivo latino falax, fallacis (impostor, pérfido, mentiroso) y también el vocablo del latín vulgar falla, que dio lugar a fallecer y a desfallecer. El supino de fallere era falsus, de donde provienen falso y falta.
Cabe precisar que el fallo de un juez es palabra de origen diferente: el castellano antiguo fallar (hallar, encontrar, darse con).

10 enero 2009

Léxico - Remunerar

Palabra usada desde muy antiguo en nuestra lengua con el sentido de ‘retribuir’ o de ‘premiar’. Aparece en castellano por lo menos desde el siglo XVI, como en este trecho del Libro de los siete sabios de Roma (1530):
(...) muchas veces con vos la mar e nunca me avéis hecho merced alguna, e por ende si en lugar de [ remuneración ] yo recabaré con vuestra señoría que me deis vuestro hijo en cinco años, si tuviere ingenio yo le enseñaré quanto yo e mis compañeros (...).
El origen más remoto de este vocablo lo encontramos en la raíz indoeuropea mei-, que dio lugar al latín munus, muneris (cargo, oficio, obligación), de donde surgió, el verbo munero, -are (regalar, gratificar) y, de éste, remunero, -are (remunerar, pagar y también, ser remunerado).
Munus dio lugar asimismo a otras palabras latinas que pervivieron en castellano y en otras lenguas romances, como municipius (municipio), munificentia (munificencia) e inmunis (inmune, libre de toda obligación y, más tarde, a salvo de ciertas enfermedades).