25 enero 2013

Verbos defectivos

Son defectivos los verbos que presentan una conjugación incompleta, es decir, los que constituyen paradigmas que carecen de algunas formas flexivas.
  • Son defectivos por motivos sintácticos y semánticos los verbos referidos a fenómenos de la naturaleza (amanecer, llover, nevar), si bien algunos de ellos poseen acepciones no impersonales, como en Llueven chuzos de punta; Le llueven ofertas de trabajo; ¿Cómo amaneciste?
  • Los verbos acaecer, acontecer, atañer, competer, concernir, holgar, obstar, ocurrir, urgir y otros similares se usan en las terceras personas. Ocurrió una desgracia; Ocurre que nadie le hace caso.
  • Son defectivos por razones morfofonológicas algunos verbos de la tercera conjugación: arrecir, aterir, descolorir o embaír, entre otros, que solo se usan en las formas flexivas que presentan vocal temática -i-. No se usa balbucir en la primera y tercera persona del presente de indicativo ni en todo el presente de subjuntivo; las formas omitidas se sustituyen por las del verbo balbucear (no se usan las formas en que debía de producirse el grupo consonántico -zc-, *balbuzco, *balbuzcas, *balbuzcamos, etc). El verbo abolir, considerado tradicionalmente defectivo, se usa actualmente en todas sus formas, pero con mayor frecuencia en las que presentan la vocal temática -i-, como abolían o abolieron.
  • Los verbos soler y acostumbrar (el último, en uno de sus sentidos) se emplean en perífrasis de infinitivo se sentido imperfectivo. Por esta razón solo se conjugan en presente de indicativo (acostumbro, suelo), presente de sebjuntivo (acostumbre, suela), pretérito imperfecto de indicativo (acostumbraba, solía) y pretérito perfecto compuesto (he acostumbrado, he solido)
(*) Arrecir:
(Del lat. *arrigescĕre, der. de arrigĕre 'atiesarse').
1. tr. defect. p. us. Hacer que alguien se entumezca por el frío.
2. prnl. defect. Entorpecerse o entumecerse por exceso de frío.
(*) Aterir:
(De or. inc.; quizá del m. or. onomat. que tiritar).
1. tr. defect. Pasmar de frío. U. m. c. prnl.
(*) Descolorir:
1. tr. defect. p. us. descolorar. U. t. c. prnl.
 (*) Embaír:
(Del lat. invadĕre).
1. tr. defect. Ofuscar, embaucar, hacer creer lo que no es.
2. tr. defect. ant. Atropellar, maltratar.
3. tr. defect. ant. Avergonzar, confundir.
4. prnl. defect. Sal. Entretenerse en alguna ocupación o diversión.

Margen

En el español actual es masculino cuando significa ‘espacio en blanco alrededor de lo escrito’ (el margen de la página), ‘espacio u ocasión para algo’ (el margen de actuación, el margen de confianza) y ‘diferencia prevista’ (el margen de beneficio, el margen de error).
Cuando significa ‘orilla’, puede usarse en ambos géneros, aunque es más habitual el femenino: «Las tropas siguen avanzando por la margen derecha del río» (Alape Paz [Col. 1985]); «En el margen del río sinuosas luces rojas dejaban su estela» (Arias Silencio [Esp. 1991]).

RAE
margen. (Del lat. margo, -ĭnis).
1. amb. Extremidad y orilla de una cosa. Margen del río, del campo.
2. amb. Espacio que queda en blanco a cada uno de los cuatro lados de una página manuscrita, impresa, grabada, etc., y más particularmente el de la derecha o el de la izquierda. U. m. en m.
3. amb. apostilla.
4. amb. Ocasión, oportunidad, holgura, espacio para un acto o suceso. U. m. en m.
5. amb. Com. Cuantía del beneficio que se puede obtener en un negocio teniendo en cuenta el precio de coste y el de venta.
~ de sílaba.
1. m. Fon. Unidad fónica que precede o sigue al núcleo silábico y que se caracteriza por ser más cerrada que este.
al ~.
1. loc. adv. U. para indicar que alguien o algo no tiene intervención en el asunto de que se trata. Dejar, estar, quedar al margen de un asunto.
a media ~.
1. loc. adv. Con espacio en blanco que comprenda la mitad longitudinal de la plana impresa o manuscrita.
andarse por las márgenes.
1. loc. verb. Detenerse en lo menos sustancial de un asunto, dejando lo más importante.

Léxico - Adiós, Cordera!

sosegado, da. (Del part. de sosegar).
1. adj. Quieto, pacífico naturalmente o por su genio.

heredad. (Del lat. heredĭtas, -ātis).
1. f. Porción de terreno cultivado perteneciente a un mismo dueño, en especial la que es legada tradicionalmente a una familia.
2. f. Hacienda de campo, bienes raíces o posesiones.
3. f. herencia (‖ rasgo o rasgos que continúan advirtiéndose en los descendientes).

trinchera. (Del it. trincera).
1. f. Zanja defensiva que permite disparar a cubierto del enemigo.
2. f. Desmonte hecho en el terreno para una vía de comunicación, con taludes por ambos lados.
3. f. Gabardina de aspecto militar.
4. f. León. Cada una de las piezas curvas que en la carreta sujetan el eje al tablero.

estrépito. (Del lat. strepĭtus).
1. m. Ruido considerable.
2. m. Ostentación, aparato en la realización de algo.

pantomima. (De pantomimo).
1. f. Representación por figura y gestos sin que intervengan palabras.
2. f. Comedia, farsa, acción de fingir algo que no se siente.

cañada. (Del lat. canna, caña).
1. f. Espacio de tierra entre dos alturas poco distantes entre sí.
2. f. Vía para los ganados trashumantes, que debía tener 90 varas de ancho.
3. f. caña de vaca (‖ tuétano).
4. f. médula (‖ sustancia interior de los huesos).
5. f. Sal. Tributo que pagaban los ganaderos a los guardas del campo por el paso de los ganados por el cordel o cañada.
6. f. Arg., Bol., Cuba y Par. Terreno bajo entre lomas, cuchillas o sierras, bañado de agua a trechos o en toda su extensión, y con vegetación propia de tierras húmedas.
7. f. Ur. Corriente de agua de poco caudal que suele no ser permanente.
real ~.
1. f. cañada (‖ vía para los ganados).

augusto, ta. (Del lat. augustus).
1. adj. Que infunde o merece gran respeto y veneración por su majestad y excelencia.
2. adj. Título de Octaviano César, que llevaron después todos los emperadores romanos y sus mujeres.
3. m. Payaso de circo.

testuz. (De testa).
1. amb. En algunos animales, frente (‖ parte superior de la cara).
2. amb. En otros animales, nuca.

apacentar. (Del lat. adpascens, -entis, part. act. de adpascĕre).
1. tr. Dar pasto a los ganados.
2. tr. Dar pasto espiritual, instruir, enseñar.
3. tr. Cebar los deseos, sentidos o pasiones. U. t. c. prnl.
4. prnl. Dicho del ganado: pacer.

tácitamente.
1. adv. m. Secretamente, con silencio y sin ruido.
2. adv. m. Sin expresión o declaración formal.

penuria. (Del lat. penurĭa).
1. f. Escasez, falta de las cosas más precisas o de alguna de ellas.

altozano. (De antuzano, relacionado con alto, por etim. popular).
1. m. Cerro o monte de poca altura en terreno llano.
2. m. Am. Atrio de una iglesia.

yunto, ta.  (Del lat. iunctus).
1. adj. junto. Ir yuntos los surcos.
2. f. Par de bueyes, mulas u otros animales que sirven en la labor del campo o en los acarreos.
3. f. yugada (‖ espacio de tierra arada en un día).
4. f. coloq. Arg., Cuba y Ur. Pareja de personas, de aves o de otras cosas.
5. f. P. Rico y Ven. gemelo (‖ del puño de la camisa).
6. adv. m. De manera que los surcos estén juntos. Arar yunto.

sustento.
1. m. Mantenimiento, alimento.
2. m. Aquello que sirve para dar vigor y permanencia.
3. m. Sostén o apoyo.

atavío. (De ataviar).
1. m. Compostura y adorno.
2. m. vestido (‖ prenda o conjunto de prendas con que se cubre el cuerpo).
3. m. pl. Objetos que sirven para adorno.

conjetura. (Del lat. coniectūra).
1. f. Juicio que se forma de las cosas o acaecimientos por indicios y observaciones.
2. f. Ecd. Lección no atestiguada en la tradición textual y que la edición crítica reconstruye de acuerdo con otros indicios.

abroquelar.
1. tr. Escudar, resguardar, defender.
2. tr. Mar. Hacer que el viento hiera en la cara de proa de una vela actuando en su maniobra.
3. prnl. Cubrirse con el broquel.
4. prnl. Valerse de cualquier medio de defensa material o moral.

lívido, da. (Del lat. livĭdus).
1. adj. amoratado.
2. adj. Intensamente pálido.

taciturno, na.(Del lat. taciturnus).
1. adj. Callado, silencioso, que le molesta hablar.

aturdir. (De tordo).
1. tr. Causar aturdimiento. U. t. c. prnl.
2. tr. Confundir, desconcertar, pasmar. U. t. c. prnl.

marasmo. (Del b. lat. marasmus, y este del gr. μαρασμός).
1. m. Suspensión, paralización, inmovilidad, en lo moral o en lo físico.
2. m. Med. Extremado enflaquecimiento del cuerpo humano.

indiano, na.
1. adj. Nativo, pero no originario de América, o sea de las Indias Occidentales. U. t. c. s.
2. adj. Perteneciente o relativo a ellas.
3. adj. Perteneciente o relativo a las Indias Orientales.
4. adj. Dicho de una persona: Que vuelve rica de América. U. t. c. s.
5. f. Tela de lino o algodón, o de mezcla de uno y otro, pintada por un solo lado.

24 enero 2013

Benito Pérez Galdós

Benito Pérez Galdós
Nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1843. Se fue muy joven a Madrid donde estudió Derecho. En la capital pasó la mayor parte de su vida dedicándose fundamentalmente a escribir. Murió en Madrid en 1920. Galdós fue un hombre sin prejuicios, abierto a toda idea de progreso y, al mismo tiempo, amaba intensamente a su patria. Vivió de forma tan comprometida con su época que escribió sus obras con la intención de encontrar la raíz de los problemas y explicarlo todo a los demás. Galdós fue un extraordinario narrador, aunque también escribió numerosas obras teatrales.
La producción literaria de Galdós es enorme. Sólo su narrativa consta de más de setenta volúmenes, clasificados por él mismo en: Episodios Nacionales, Novelas de la primera época y Novelas contemporáneas.
El autor combina en sus relatos diferentes técnicas narrativas: el uso del narrador omnisciente, el diálogo en estilo directo y el monólogo. El lenguaje se adecua al carácter, origen y educación del personaje: desde el habla popular madrileña hasta los cuidados discursos académicos o políticos.

- Episodios Nacionales. Se trata de cuarenta y seis relatos que constituyen novelizaciones de acontecimientos históricos del siglo XIX, tratados desde el punto de vista de personajes anónimos que participaron o fueron testigos de esos hechos. Entre los títulos más destacados cabe citar Trafalgar, La batalla de Arapiles, Un voluntario realista, Mendizábal, Narváez, O'Donell, La primera república ...

- Novelas de la primera época. Las primeras novelas de Galdós -Doña Perfecta, Gloria, La familia de León Roch...- reciben el nombre de novelas de tesis porque se someten a la ideología del autor: enfrentan a personajes de mentalidad conservadora con otros de ideas progresistas, que Galdós comparte y defiende.
- Novelas contemporáneas. En las llamadas novelas contemporáneas, Galdós plasmó la realidad madrileña del momento, reflejo de la del resto de España: retrató tanto sus lugares (calles, barrios, etc.) como a sus habitantes (comerciantes, cesantes, burgueses, etc.). La desheredada, Lo prohibido, Miau y Fortunata y Jacinta son las novelas más representativas de esta época.

- Novelas espititualistas. Estas novelas, influidas por el realismo ruso, se centran en el mundo interior de sus personajes y en valores como la caridad, encarnados en individuos de enorme grandeza moral pese a su condición humilde. Así ocurre con Misericordia, que presenta la generosidad de Benigna (Nina), que mantiene a su señoa (doña Paca), sin que esta lo sepa, medinte las limosnas que recoge en la parroquia de San Sebastián. Ni siquiera cuando Nina es expulsada de la casa, tras mejorar la situación económica de la familia, pierde la criada el afectuoso interés por su ama.

Páginas recomendadas:

Leopoldo Alas, "Clarín"

Nació en Zamora en 1852, de familia asturiana. Estudió Leyes en Oviedo y se doctoró en Madrid. Fue catedrático de las facultades de Derecho de Zaragoza y Oviedo. Fue un hombre culto, de sólida formación universitaria y aguda capacidad crítica que hizo que fuese temido y respetado.
Escribió una novela muy extensa que está considerada como una de las obras fundamentales del Realismo español: La Regenta, en la que Clarín hace un análisis minucioso y detallado del ambiente hipócrita y corrompido de Vetusta, ciudad donde se desarrolla la acción y que puede ser Oviedo. Satiriza a sus personajes que, bajo apariencias honradas, esconden la hipocresía y la maldad.
Clarín también destacó como uno de los mejores escritores de cuentos de su época, en los que analiza el comportamiento de personas malvadas y llenas de hipocresía. Entre ellos destaca ¡Adiós, cordera! En este cuento se nos narran las peripecias de tres amigos felices e inseparables: Rosa, Pinín y Cordera. Dos hermanos gemelos y su vaca Cordera que son felices en las montañas asturianas alejados de los peligros del mundo. Sólo un palo del telégrafo y un tren que pasa de vez en cuando son indicios de ese mundo. Pero un día ese mundo se llevará primero a la Cordera y luego a Pinín. Rosa se quedará sola con su dolor y sus recuerdos.

17 enero 2013

Realismo - Naturalismo

La segunda mitad del siglo XIX
Es importante conocer la situación histórica y cultural de España en la segunda mitad del siglo XIX.
Situación de España
1.- Situación histórica
- La burguesía, formada por grandes empresarios y terratenientes, es la clase dominante del país. Se instalan en el poder y se vuelven conservadores y moderados.
- Los progresistas, integrados por pequeños empresarios, artesanos y militares de baja graduación, se enfrentan al conservadurismo y a los privilegios de los ricos.
- El proletariado, clase a la que pertenecen los obreros y campesinos, intenta defender sus intereses; socialismo y anarquismo se enfrentan al sistema político dominante. La caída de Isabel II en 1868 abre el camino hacia un gobierno republicano.
2.- Situación socio-cultural
- El positivismo, corriente filosófica que surge tras los avances técnicos y científicos, propone la observación rigurosa y la experimentación como únicos métodos para llegar al conocimiento de la realidad. Se desechan las corrientes románticas en las que predominaba el sentimiento y la imaginación. Surge el realismo literario que pretende reflejar la realidad tal y como es.
- El evolucionismo es un nuevo método experimental sobre las leyes de la herencia y la evolución de las especies. Este método pretende explicar el comportamiento del hombre. Los escritores naturalistas reflejan estas corrientes en sus obras.
3.- Situación literaria
Los cambios sociales y las nuevas corrientes ideológicas que surgen en esta segunda mitad del siglo XIX influyen en la producción literaria. La fantasía y la subjetividad del Romanticismo, así como la expresión libre de sus sentimientos más íntimos son sustituidos por todo aquello que rodea al hombre. El Realismo y el Naturalismo sustituyen al Romanticismo.

Memoria de España - ¡Viva España con honra!

Memoria de España - Viva España con honra                                     RTVE - 09 abr 2011

La sociedad isabelina.
La revolución de 1854. La Iglesia y el Estado.
Las guerras de prestigio.
Progresistas, demócratas y moderados.
La revolución industrial.
La agricultura, los ferrocarriles y el mercado nacional. Las nuevas ciudades.
El proletariado entra en la historia.

http://rtve.es/v/3293548

Memoria de España - El regreso de los Borbones

Memoria de España - El regreso de los Borbones                                     RTVE - 16 abr 2011

El reinado de Amadeo I.
La Constitución de 1869.
La tercera guerra Carlista.
El anticlericalismo.
El fracaso de la monarquía democrática.
La primera República Española.
El federalismo.
El cantonalismo.
La primera guerra de Cuba.
La República se derrumba.

http://rtve.es/v/3295337


Ciencia y filosofía en la segunda mitad del s. XIX.

El nacimiento del nuevo movimiento literario no se produce por generación espontánea, sino que se explica por las peculiaridades de la vida en la segunda mitad del siglo. Veamos algunos de los fenómenos que explican el nacimiento del nuevo movimiento y cómo se relacionan con la creación literaria.

1. LA NUEVA FILOSOFÍA
La base teórica del nuevo movimiento literario va a ser una escuela filosófica llamada Positivismo, inaugurada por el francés Augusto Comte y que llega a su momento de máximo esplendor con la publicación del Curso de filosofía positiva en la década de los 50.
El Positivismo reduce el objetivo del conocimiento humano a los llamados "hechos positivos", o sea, aquellos hechos que pueden ser captados por los sentidos y someterse a comprobación por medio de la experiencia. Comte, defendiendo su teoría, afirmaba que la razón humana "tenía que prescindir de preocupaciones teólogicas y metafísicas" para reducirse al estudio de las ciencias positivas (Matemáticas, Física, Biología, Química, etc...).
La teoría positivista pretendió, también, establecer períodos en la vida (que se relacionan con la Historia) del hombre. Con esta intención, Comte formuló su teoría de los "estados". Según ella, en un primer estado, el teológico, se buscan las causas y principios de las cosas, y se recurre a la divinidad para explicarlos; en un segundo estado, el metafísico, se siguen buscando los conocimientos absolutos, pero los agentes sobrenaturales de antes se sustituyen ahora por entidades abstractas; finalmente, en un tercer estado, el positivo, domina la observación y la mente humana se atiene a las cosas en cuanto son.
La teoría positiva tuvo una gran importancia en los literatos de la época. Sus tesis fundamentales contribuyeron al nacimiento de una novela fundamentalmente agnóstica (aunque, en el otro polo, también a un Realismo espiritualista, con la figura de Tolstoi como principal representante), preocupada fundamentalmente por la realidad externa (comprobable por los sentidos) y por las cuestiones sociales (en el Naturalismo, principalmente).

2. EL CIENTIFISMO
Como consecuencia de la filosofía positiva, y apoyándose en los "sorprendentes" avances científicos, toda la segunda mitad del siglo va a estar dominada por la exaltación de la ciencia, que se va a convertir en un verdadero "dios", lo mismo que había sucedido con la razón en el s. XVIII o con el sentimiento en el Romanticismo. El hombre de la época va a confiar en los poderes casi ilimitados de la ciencia como respuesta a los grandes interrogantes de la vida. Todo debe apoyarse en datos demostrables, como exige el hombre del "estado positivo"; y esto es perfectamente aplicable a las obras literarias.
En las novelas, el cientifismo puede demostrarse, simplemente, con la alusión al nacimiento de dos géneros novelísticos nuevos: la novela policíaca y el relato de anticipación.

2.1. La novela policíaca
El recurso al misterio y al terror comienza a utilizarse durante el Romanticismo, pero va a ser a mediados del siglo cuando comenzarán a divulgarse en Francia los relatos del americano Edgar Allan Poe (1809-1849) que traerán como consecuencia el que muchos autores comiencen a escribir relatos en los que se presenta una acción criminal llena de misterio como problema que, racionalmente, ha de merecer una explicación por parte del detective protagonista. Es a partir de 1870 cuando se van a multiplicar los relatos policíacos, dentro de los que destaca la obra de Arthur Conan Doyle (1859-1930), que se asegurará su éxito editorial con el detective Sherlock Holmes, gran defensor del método deductivo.
La novela policíaca no sólo servirá para presentar el razonamiento humano de acuerdo con los métodos científicos en boga, sino que también servirá para que el autor presente una realidad desagradable, descarnada, de acuerdo con los principios del Naturalismo literario.

2.2. La novela de anticipación
Pero los grandes adelantos científicos del siglo van a encontrar su cauce literario más importante en los relatos de anticipación o en lo que más tarde se llamará ciencia-ficción.
El verdadero creador del género es el francés Julio Verne (1828-1905) que, desde 1863, comienza a publicar una larga colección de novelas en las que hace girar el argumento en torno a un descubrimiento posible (el submarino, la nave espacial, los rápidos viajes, etc...), dada la situación de la ciencia en la época.

2.3. Cientifismo y Naturalismo
El novelista francés Emile Zola, padre del movimiento naturalista, rompe en el último tercio del s. XIX con las limitaciones de la moral y de la estética, dando entrada en sus novelas a lo feo, lo inmoral y lo repugnante. Por otra parte, su obra literaria va a apoyarse también en la teoría filosófica del determinismo, que acentuará la indefensión del hombre, al negarle la posibilidad de elegir su propio camino. En último lugar, Zola va a dar entrada en sus novelas, como personajes trágicos, a figuras extraídas de las capas más bajas de la sociedad que, hasta entonces, habían estado marginadas o utilizadas en fórmulas subliterarias (con excepciones ya conocidas, como la picaresca española).
En la concepción naturalista de Zola, el novelista debe comportarse como si fuera un médico, y aplicar el método experimental de Claude Bertrand como si los personajes de sus novelas fuesen sus pacientes, de manera que el resultado, el desenlace de la novela y de los personajes, debe ser el resultado de la observación del comportamiento de los mismos y de la experimentación con las causas que provocan sus diferentes actuaciones, ya que, según la teoría determinista, el hombre no puede actuar en libertad, sino que sus actos dependerán de las condiciones sociales que le rodean.
En cualquier caso, aunque el novelista no pueda en algunas ocasiones explicar el porqué de las acciones humanas, sí podrá dejar constancia, basándose en una observación estricta, de los comportamientos de sus personajes-pacientes.

Realismo

Este movimiento literario aparece en la segunda mitad del siglo XIX, como consecuencia de las circunstancias sociales de la época: la consolidación de la burguesía como clase dominante, la industrialización, el crecimiento urbano y la aparición del proletariado.
Las características básicas del Realismo literario son: 
  • Eliminación de todo aspecto subjetivo, hechos fantásticos o sentimientos que se alejen de lo real. 
  • Análisis riguroso de la realidad. El escritor nos ofrece un retrato riguroso de lo que observa. 
  • Los problemas de la existencia humana, componen el tema fundamental de la novela realista; ésa es la consecuencia del sumo interés por la descripción del carácter, temperamento y conducta de los personajes.
  • Surge un tipo de novela en la que se analizan minuciosamente las motivaciones de los personajes y las costumbres.
  • El novelista denuncia los defectos y males que afectan a la sociedad y ofrece al lector soluciones para detenerlos. Cada autor, según sus ideas, muestra lo que para él es un mal de la sociedad.

Naturalismo

El Naturalismo, cuyo iniciador fue el escritor francés Émile Zola, surge como una derivación del Realismo, que tenía como objetivo explicar los comportamientos del ser humano. El novelista del Naturalismo pretende interpretar la vida mediante la descripción del entorno social y descubrir las leyes que rigen la conducta humana.
Los escritores naturalistas representan a sus personajes en situaciones extremas de pobreza y marginación, y les gustaba describir los ambientes más bajos y sórdidos con el fin de poner al descubierto las lacras de la sociedad. La descripción de estos ambientes interesaba en la medida que permitía observar cómo influye un medio hostil sobre la forma de ser de los personajes y cuáles son las reacciones del ser humano en condiciones de vida adversas.
La principal representante del naturalismo en España fue la escritora gallega Emilia Pardo Bazán, autora de novelas como La Tribuna y Los pazos de Ulloa.

15 enero 2013

Modernisme, una història de destrucció


TV3 - Sense Ficció (27/11/2012)
 "Modernisme, una història de destrucció"
Modernisme, una història de destrucció posa al descobert la intensa campanya de descrèdit que hi va haver contra el moviment modernista durant el segle XX per part d'alguns intellectuals catalans més rellevants. Documental dirigit per Lluís Permanyer.

Eduardo Mendoza, Sin noticias de Gurb

---- Sin noticias de Gurb - Parte 1
---- Sin noticias de Gurb - Parte 2
---- Sin noticias de Gurb - Parte 3
---- Sin noticias de Gurb - Parte 4

07 enero 2013

Significado de las formas verbales

Toda forma verbal engloba dos tipos de significación: la del lexema verbal (significado léxico) y la de los morfemas de tiempo, aspecto y modo (significados gramaticales).

1.1. Tiempo verbal
Es una categoría gramatical del verbo por la que una acción verbal ocurrió en el pasado, ocurre en el momento actual o acontecerá en el futuro. De ahí que haya que distinguir tres tiempos: pasado, presente y futuro. Estos tiempos se miden siempre desde el punto en que el hablante se sitúa; es decir, el punto de referencia es el presente del hablante.
-------------------X-------------------
pasado              presente                futuro
1.2. Aspecto verbal
Es una categoría gramatical del verbo que informa sobre el desarrollo interno de la acción, con independencia del tiempo. De esta manera, unas formas verbales nos darán la acción como acabada, indicando su terminación, o como no acabada, o en desarrollo. En el primer caso hablamos de aspecto perfectivo; y en el segundo, de aspecto imperfectivo. Así la oposición entre las formas "canté/cantaba" no es de tiempo, pues ambas son pasados o pretéritos, sino de aspecto. Con "canté" la acción se nos ofrece acabada en un punto. Su aspecto es perfectivo-puntual. Con "cantaba" la acción se nos da en su transcurso o desarrollo. Por ello, si decimos:
Pedro cantaba cuando salí de casa
no decimos que Pedro haya dejado de cantar; puede seguir aún cantando.
Además de estos dos aspectos fundamentales, pueden expresarse con las formas verbales otros matices aspectuales tales como el incoativo (acción que empieza: El niño echó a andar); ingresivo (acción a punto de ocurrir: Pedro va a salir de un momento a otro); puntual (la acción empieza o termina en un punto del desarrollo: Pedro se calló); frecuentativo (Pedro viene todos los días a casa); durativo (Juan leía un libro cuando se apagó la luz); etc.

1.3. Modos de expresar el aspecto

1.3.1. El aspecto verbal se expresa mediante los morfos o marcas diferenciales que se unen al lexema verbal, aunque tales marcas informan a la vez de otros morfemas. Se trata de casos claros de sincretismo.
Las formas simples y personales de la conjugación expresan aspecto imperfectivo. Se exceptúa el pretérito perfecto simple, con aspecto perfectivo. Por el contrario, las formas compuestas expresan aspecto perfectivo. En las formas compuestas, los morfos o marcas son constituyentes discontinuos formados por el auxiliar haber (con sus diferencias temporales) y la marca de participio "-do", indicadora del aspecto: "haber + -do".

1.3.2. Otra manera de señalar el aspecto en el verbo: las construcciones perifrásticas:
- Aspecto ingresivo (estar a punto de):
           ir a + infinitivo: El viejo va a hablar.
           estar para + infinitivo: Está para llover.
           estar a punto de + infinitivo: Está a punto de llover.
- Aspecto durativo (la acción en su transcurso)
           estar + gerundio: Juan está leyendo el periódico.
           ir + gerundio: El Barcelona va ganando al Madrid.
           llevar + gerundio: Llevo estudiando todo el día.
- Aspecto incoativo (la acción considerada en su inicio)
           echarse + infinitivo: El niño se echó a llorar.
           ponerse a + infinitivo: El niño se puso a llorar.
           empezar a (comenzar a) + infinitivo: El niño empezó a llorar.
- Aspecto reiterativo (acción en actos repetidos)
           tener + participio: Te tengo dicho que te calles.
           volver a + infinitivo: Volví a leer el periódico.

1.3.3. A veces, una oposición aspectual en el verbo viene dada por la "presencia/ausencia" de una partícula pronominal.
El niño dormía (durativo)
El niño se dormía (incoativo: "Empezaba a dormirse")

1.3.4. Otras veces, un morfema prefijo puede informar de algún valor aspectual. Así, re- en releer (iterativo); per- en pernoctar (durativo).

1.4. Modo verbal
El modo es una categoría gramatical que expresa la actitud del hablante ante la acción. Existen tres modos en español:
  • Indicativo. El hablante se manifiesta neutral ante la acción; se limita a exponerla como una realidad objetiva. Es el modo de la realidad.
  • Subjuntivo. El hablante presenta la acción desde su subjetividad con temor, deseo, duda, etc. Es el modo de la irrealidad.
  • Imperativo. Este es un modo especial, por pertenecer exclusivamente a la función apelativa del lenguaje: el hablante actúa sobre el oyente para mover su conducta.
La actitud subjetiva del hablante no se manifiesta sólo a través del modo verbal. Existen también otros procedimientos gramaticales de entre los que destacamos las perífrasis modales:
- Obligativas:
           deber + infinitivo: El alumno debe estudiar matemáticas.
           tener que + infinitivo: Tengo que castigar a este alumno.
            haber que + infinitivo: Hay que estudiar.
           haber de + infinitivo: He de marcharme.
- Potenciales (duda, probabilidad, aproximación):
           deber de + infinitivo: Deben de ser las 10.
           querer + infinitivo: Hoy quiere llover.
            poder + infinitivo: Pedro puede presentarse aquí.
           venir a + infinitivo: Esto viene a costar cinco euros.