Palabra castellana equivalente al francés épargner, al italiano sparagnare, al inglés to save, al catalán estalviar, el alemán sparen y el portugués poupar.
La palabra proviene del árabe hurr (libre, por contraste con ‘esclavo’). En el siglo XVII, ahorrar todavía significaba ‘poner en libertad a un esclavo’, aunque ya en el siglo XIII tenía el sentido de ‘liberar de una carga o de un esfuerzo’. Sin embargo, en el Lazarillo de Tormes, ya aparece con ese sentido y también con el de ‘hacer economías’. Veamos aquí un ejemplo del primer caso:
Ya que estuve medio bueno de mi negra trepa y cardenales, considerando que a pocos golpes tales el cruel ciego ahorraría de mí, quise yo ahorrar dél; mas no lo hice tan presto por hacello más a mi salvo y provecho.
Y aquí otro, en la misma obra, con la denotación de ‘economizar’:
Fueme tan bien en el oficio que al cabo de cuatro años que lo usé, con poner en la ganancia buen recaudo, ahorré para me vestir muy honradamente de la ropa vieja, de la cual compré un jubón de fustán viejo y un sayo raído de manga tranzada y puerta, y una capa que había sido frisada, y una espada de las viejas primeras de Cuéllar.
La palabra tiene el mismo origen que en portugués alforria (liberación de un esclavo), que también se repite con el mismo sentido en gallego y en asturiano (aforrar).
La palabra proviene del árabe hurr (libre, por contraste con ‘esclavo’). En el siglo XVII, ahorrar todavía significaba ‘poner en libertad a un esclavo’, aunque ya en el siglo XIII tenía el sentido de ‘liberar de una carga o de un esfuerzo’. Sin embargo, en el Lazarillo de Tormes, ya aparece con ese sentido y también con el de ‘hacer economías’. Veamos aquí un ejemplo del primer caso:
Ya que estuve medio bueno de mi negra trepa y cardenales, considerando que a pocos golpes tales el cruel ciego ahorraría de mí, quise yo ahorrar dél; mas no lo hice tan presto por hacello más a mi salvo y provecho.
Y aquí otro, en la misma obra, con la denotación de ‘economizar’:
Fueme tan bien en el oficio que al cabo de cuatro años que lo usé, con poner en la ganancia buen recaudo, ahorré para me vestir muy honradamente de la ropa vieja, de la cual compré un jubón de fustán viejo y un sayo raído de manga tranzada y puerta, y una capa que había sido frisada, y una espada de las viejas primeras de Cuéllar.
La palabra tiene el mismo origen que en portugués alforria (liberación de un esclavo), que también se repite con el mismo sentido en gallego y en asturiano (aforrar).
Cabe precisar que las voces francesa, italiana y alemana arriba mencionadas provienen del germánico sparanjan (ahorrar, en el sentido de librarse de un esfuerzo).
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