29 noviembre 2008

Léxico - Sarcófago

Del latín sarcophagus y éste, del griego sarcophagos. Es una palabra con la que se designaba al que se alimentaba de carne: sarkós significa carne y phagos, ‘yo como’ y, en efecto, llamaban así los griegos a las personas o animales que se alimentaban de carne, es decir, a los carnívoros.
No se sabe con certeza por qué esta palabra fue adoptada para denominar a los ataúdes, aunque —según una explicación de Eratóstenes (siglo III a. C.), recogida por Plinio el Viejo— tal denominación se dio inicialmente a ciertos féretros que eran construidos con una piedra calcárea extremadamente porosa, dentro de la cual los cadáveres se descomponían y desintegraban rápidamente. Sin embargo, no falta quien quiera ver en esta relación una huella de la necrofagia, practicada en las fases más primitivas de la evolución humana.

22 noviembre 2008

Léxico - Estupendo

El verbo latino stupeo, stupere significaba ‘estar (o quedar) inmovilizado, paralizado, entorpecido o congelado’. Stupuerunt flumina bruma decía el poeta épico Valerius Flaccus para significar ‘los ríos se congelaron con el frío’.
Los autores clásicos latinos hicieron metáforas en las que el ‘entorpecimiento’ denotado por el verbo se convertía en admiración o encanto. Stupere in titulis decía Horacio, con el sentido de ‘quedarse deslumbrado con los títulos’. Ut terrae stupeant lucescere, escribió Virgilio con la denotación de ‘cómo la tierra se admira de ver lucir’.
Fue así que la denotación de ‘atontamiento’ de stupeo dejó su lugar al matiz de admiración y elogio que damos hoy a estupendo. El significado original se mantuvo, por cierto, en estúpido, procedente de latín stupidus, también oriundo del verbo stupeo.

08 noviembre 2008

Adiós a una larga aventura. Gracias, Ramón Trecet.

Léxico - Lagarto

Los latinos llamaron lacertus a aquel reptil cuyo nombre llegó a nosotros como lagarto, después de pasar por lacartus en el latín medieval vulgar. Lo curioso es cómo esta palabra ingresó al inglés con artículo (el lagarto) y adoptó en esa lengua la forma allegater en Shakespeare (Romeo y Julieta), hoy alligator.

01 noviembre 2008

Léxico - Inocente

En su acepción actual, el adjetivo inocente se aplica a aquellos que están libres de culpa y a las personas cándidas, sin malicia. El Diccionario de la Academia también registra la acepción etimológica de ‘que no causa daño’.
La palabra española se deriva de la latina innocens, -ntis (el que no perjudica), formada por nocere (dañar, perjudicar), precedido por el prefijo privativo in-.
Por su etimología, inocente está vinculada a su opuesto nocivo (el que hace daño), que también procede de nocere, a través de nocivus. Otra palabra que comparte la etimología de inocente y coincide con su significado primitivo es inocuo, del latín innocuus (que no hace daño, que no es nocivo).
Todas estos términos tienen un origen común: la raíz indoeuropea nek-, de la cual proceden también, entre otras, la palabra latina nex (muerte violenta) y el prefijo latino necro- (muerte), presente en necrología, necrópolis, etc.
En los países católicos se celebra el 28 de diciembre el Día de los Santos Inocentes, en memoria de los recién nacidos que fueron degollados por orden de Herodes con la intención de matar a Jesús, porque se sintió amenazado cuando los arúspices le dijeron que había nacido un rey. Algunos traductores judiciales de inglés a español sostienen que la expresión not guilty, empleada por la justicia penal de los países anglosajones no debiera traducirse por inocente, sino por 'no culpable' puesto que not guilty no significa que el acusado sea inocente, sino que no fue posible demostrar su culpabilidad. Sin embargo, no es exactamente eso lo que significa ‘inocente’ en el lenguaje de los tribunales de los países hispanohablantes.