Palabra usada desde muy antiguo en nuestra lengua con el sentido de ‘retribuir’ o de ‘premiar’. Aparece en castellano por lo menos desde el siglo XVI, como en este trecho del Libro de los siete sabios de Roma (1530):
(...) muchas veces con vos la mar e nunca me avéis hecho merced alguna, e por ende si en lugar de [ remuneración ] yo recabaré con vuestra señoría que me deis vuestro hijo en cinco años, si tuviere ingenio yo le enseñaré quanto yo e mis compañeros (...).
El origen más remoto de este vocablo lo encontramos en la raíz indoeuropea mei-, que dio lugar al latín munus, muneris (cargo, oficio, obligación), de donde surgió, el verbo munero, -are (regalar, gratificar) y, de éste, remunero, -are (remunerar, pagar y también, ser remunerado).
Munus dio lugar asimismo a otras palabras latinas que pervivieron en castellano y en otras lenguas romances, como municipius (municipio), munificentia (munificencia) e inmunis (inmune, libre de toda obligación y, más tarde, a salvo de ciertas enfermedades).
(...) muchas veces con vos la mar e nunca me avéis hecho merced alguna, e por ende si en lugar de [ remuneración ] yo recabaré con vuestra señoría que me deis vuestro hijo en cinco años, si tuviere ingenio yo le enseñaré quanto yo e mis compañeros (...).
El origen más remoto de este vocablo lo encontramos en la raíz indoeuropea mei-, que dio lugar al latín munus, muneris (cargo, oficio, obligación), de donde surgió, el verbo munero, -are (regalar, gratificar) y, de éste, remunero, -are (remunerar, pagar y también, ser remunerado).
Munus dio lugar asimismo a otras palabras latinas que pervivieron en castellano y en otras lenguas romances, como municipius (municipio), munificentia (munificencia) e inmunis (inmune, libre de toda obligación y, más tarde, a salvo de ciertas enfermedades).
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