24 enero 2013

Benito Pérez Galdós

Benito Pérez Galdós
Nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1843. Se fue muy joven a Madrid donde estudió Derecho. En la capital pasó la mayor parte de su vida dedicándose fundamentalmente a escribir. Murió en Madrid en 1920. Galdós fue un hombre sin prejuicios, abierto a toda idea de progreso y, al mismo tiempo, amaba intensamente a su patria. Vivió de forma tan comprometida con su época que escribió sus obras con la intención de encontrar la raíz de los problemas y explicarlo todo a los demás. Galdós fue un extraordinario narrador, aunque también escribió numerosas obras teatrales.
La producción literaria de Galdós es enorme. Sólo su narrativa consta de más de setenta volúmenes, clasificados por él mismo en: Episodios Nacionales, Novelas de la primera época y Novelas contemporáneas.
El autor combina en sus relatos diferentes técnicas narrativas: el uso del narrador omnisciente, el diálogo en estilo directo y el monólogo. El lenguaje se adecua al carácter, origen y educación del personaje: desde el habla popular madrileña hasta los cuidados discursos académicos o políticos.

- Episodios Nacionales. Se trata de cuarenta y seis relatos que constituyen novelizaciones de acontecimientos históricos del siglo XIX, tratados desde el punto de vista de personajes anónimos que participaron o fueron testigos de esos hechos. Entre los títulos más destacados cabe citar Trafalgar, La batalla de Arapiles, Un voluntario realista, Mendizábal, Narváez, O'Donell, La primera república ...

- Novelas de la primera época. Las primeras novelas de Galdós -Doña Perfecta, Gloria, La familia de León Roch...- reciben el nombre de novelas de tesis porque se someten a la ideología del autor: enfrentan a personajes de mentalidad conservadora con otros de ideas progresistas, que Galdós comparte y defiende.
- Novelas contemporáneas. En las llamadas novelas contemporáneas, Galdós plasmó la realidad madrileña del momento, reflejo de la del resto de España: retrató tanto sus lugares (calles, barrios, etc.) como a sus habitantes (comerciantes, cesantes, burgueses, etc.). La desheredada, Lo prohibido, Miau y Fortunata y Jacinta son las novelas más representativas de esta época.

- Novelas espititualistas. Estas novelas, influidas por el realismo ruso, se centran en el mundo interior de sus personajes y en valores como la caridad, encarnados en individuos de enorme grandeza moral pese a su condición humilde. Así ocurre con Misericordia, que presenta la generosidad de Benigna (Nina), que mantiene a su señoa (doña Paca), sin que esta lo sepa, medinte las limosnas que recoge en la parroquia de San Sebastián. Ni siquiera cuando Nina es expulsada de la casa, tras mejorar la situación económica de la familia, pierde la criada el afectuoso interés por su ama.

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