De la misma forma que los sintagmas nominales poseen un elemento central o núcleo, el nombre, hacia el que convergen determinantes y adyacentes, el sintagma verbal presenta al verbo como núcleo. Por otro lado, todo verbo o forma verbal consta en su estructura interna de un lexema y unos morfemas. De éstos el tiempo, aspecto y modo son exclusivos del verbo; mientras que el número y la persona son compartidos por otras categorías (nombre, pronombre...), y constituyen una marca sintáctica importante: la concordancia del verbo con los sintagmas nominales-sujeto.
Conviene asimismo aclarar que en el verbo son frecuentes los casos de sincretismo: un morfo (marca externa de los morfemas) puede englobar varios morfemas. Así en:
Jug - á - ba - mos
el morfo -ba- se refiere a los morfemas de tiempo (pasado), aspecto (imperfectivo), modo (indicativo). De la misma manera, -mos significa plural y primera persona. En otros casos, por el contrario, pueden darse dos o más morfos diferentes para los mismos morfemas. Así, -ba- e -ía- en los pretéritos imperfectos (ama-ba; ven-ía); o -ra y -se en los pretéritos imperfectos de subjuntivo (ama-ra, ama-se).
El verbo, componente obligatorio del predicado
Toda oración consta, como componentes obligados, de un sintagma nominal sujeto y un sintagma predicado. Los predicados verbales se caracterizan por tener como elemento obligatorio un verbo cuya función es la de núcleo verbal. Este puede aparecer solo o bien acompañado de ciertas palabras o sintagmas, llamados complementos.
La función del núcleo verbal puede estar desempeñada por cualquiera de las formas verbales del paradigma de la conjugación (tiempos simples, tiempos compuestos) o, también, por las llamadas perífrasis verbales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario