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25 febrero 2013

Juan Ramón Jiménez

1. CRONOLOGÍA DE ACONTECIMIENTOS IMPORTANTES DE SU VIDA
1881: Nace en Moguer (Huelva).
1900: Marcha a Madrid “a luchar por el Modernismo” llamado por Villaespesa y Rubén Darío.
1901: Crisis depresiva a raíz de la muerte de su padre. Es internado en un sanatorio mental en Francia.
1905: Se traslada de nuevo a Moguer, todavía sufriendo una fuerte depresión. Allí vivirá aislado de casi todo contacto humano durante seis años. Ese aislamiento se refleja perfectamente en el libro Platero y yo.
1911: Vuelve a Madrid donde se alojará en la Residencia de Estudiantes, centro cultural de la época.
1916: Se casa en Nueva York con Zenobia Camprubí. Publica un libro fundamental en su obra: Diario de un poeta recién casado. Vivirá en Madrid hasta el comienzo de la Guerra Civil.
1936: Abandona España. Residirá en varios países americanos.
1951: Se instala definitivamente en Puerto Rico.
1956: Se le concede el Premio Nobel de Literatura. Muerte de la esposa.
1958: Muerte en Puerto Rico.

2. TEORÍA POÉTICA
Juan Ramón Jiménez representa perfectamente al poeta dedicado por entero a su labor artística. Para él no existe nada más allá de la creación literaria.. Eso explica que su vida se defina por el aislamiento de los demás, que viviera encerrado en su “Torre de Marfil”.
Sobre el pensamiento poético del autor es necesario que comentemos tres ideas fundamentales para entender su obra:
* La suya es una poesía minoritaria (“A la minoría, siempre” es una famosa dedicatoria suya), de dificultad creciente. Es poesía difícil, hermética.
* Obra en marcha.- Juan Ramón consideró su obra poética como en constante creación, de ahí que continuamente vuelva sobre los poemas antiguos y los retoque, cambie o elimine.
* La poesía se define como un triple deseo: de belleza, de conocimiento y de eternidad. La poesía es representación de la Belleza, de la Perfección y del mismo Dios, identificado con la Naturaleza o con la Belleza absoluta o, incluso, con el propio poeta creador.

3. EVOLUCIÓN POÉTICA
La vida de Juan Ramón fue una constante búsqueda de la palabra, de la expresión poética perfecta. Ese hecho explica los continuos cambios de tono, temática y estilo de sus poemas. El propio autor fue consciente de esos abundantes cambios y en un intento de explicarlos escribió en 1918 el siguiente poema:

Vino, primero, pura,
Vestida de inocencia.
Y la amé como un niño.

Luego se fue vistiendo
De no sé qué ropajes.
Y la fui odiando, sin saberlo.

Llegó a ser una reina,
Fastuosa de tesoros...
¡Qué iracundia de yel y sin sentido!

... Mas se fue desnudando.
Y yo le sonreía.

Se quedó con la túnica
De su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.

Y se quitó la túnica,
Y apareció desnuda toda...
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!


Mucho más tarde, Juan Ramón reduciría su evolución poética a tres fases que nosotros vamos a completar haciendo unas distinciones dentro de cada época:


I. Época Sensitiva (hasta 1915, aproximadamente).- Dentro de esta época debemos distinguir varios momentos diferentes:
1.1. Primeros poemas (hasta 1900, aprox.).- Se trata de un período de aprendizaje y, como es lógico pensar, los poemas están llenos de recuerdos e influencias de los que eran los modelos poéticos de la época:
        * Escenografía romántica.
        * Sentimentalismo becqueriano.
        * Esteticismo modernista canónico.
1.2. Primera sencillez (entre 1903 y 1907).- Juan Ramón escribe ahora una poesía sencilla de formas, alejada del Modernismo Canónico. Lo característico del momento es:
        * La influencia del simbolismo y de sus técnicas.
        * Temas como la soledad, la melancolía, la tristeza, el paso del tiempo y la muerte.
        * Métrica muy simple en la que predomina el octosílabo y la rima asonante junto a un lenguaje muy sencillo.
La poesía de este período es muy similar a la que hace por estos mismos años Antonio Machado en Soledades. Encaja perfectamente en lo que hemos llamado Postmodernismo.
1.3. Modernismo Canónico (entre 1908 y 1915, aprox.).- La poesía de estos años se caracteriza por la máxima influencia del esteticismo modernista canónico, aunque sin llegar nunca a los extremos de Rubén Darío:
        * Intento de comunicar mediante la palabra los contenidos sensoriales.
        * Adjetivación muy abundante.
        * Métrica basada en el verso largo y la rima consonante.
Pero junto a lo anterior encontramos a veces poemas de un tono más sencillo.


II. Época Intelectual (entre 1916 y 1936).- En el año 1916 publica Juan Ramón un libro –Diario de un poeta recién casado- que supone un cambio radical respecto a la poesía que había escrito antes. Las novedades que introduce el autor son:
       * Se aleja del esteticismo modernista de obras anteriores reduciendo la adjetivación y simplificando el vocabulario empleado.
       * Elimina del poema todo lo superficial y anecdótico dejando paso a a una gran concentración conceptual y emotiva.
       * Poemas muy breves.
       * En métrica destaca:
                    ·Verso corto.
                    · Verso libre.
                   · Poemas en prosa.
       * Desaparecen las evocaciones del pasado que son sustituidas por un continuo presente.
       * La ciudad sustituye al mundo rural y natural como escenario poético.
A partir de este libro el tema predominante en sus poemas será la creación literaria, tanto como actividad, como objeto o como dios-creador de un universo nuevo (el poema).


III. Época Suficiente (desde 1936).-Se trata de una poesía cada vez más esencial y desnuda y, por eso, cada vez más difícil, al estar el contenido concentrado al máximo y al usar símbolos cada vez más difíciles de comprender.
El tema predominante será el de Dios, entendido como algo que se identifica con la Naturaleza, la Perfección y la Belleza. Es un dios creado por el poeta para un mundo (su mundo poético) que él mismo ha creado. No se trata por tanto de un concepto religioso, sino de un concepto artístico.

Juan Ramón Jiménez

Juan Ramón Jiménez (1881-1958) es un autor esencial para la poesía en lengua española y para la poesía contemporánea occidental. Sus propuestas éticas y estéticas marcan una línea divisoria entre el Romanticismo de Espronceda y Bécquer, bajo cuya influencia escribe sus primeros versos, y el Modernismo y las vanguardias de las primeras décadas del siglo XX. Tras la muerte de Rubén Darío, le corresponde el liderazgo entre los más jóvenes poetas de su tiempo, los cuales escriben bajo sus principios, deslumbrados por el rico caudal de sus luminosas imágenes y por la profundidad conceptual y simbólica de sus versos.

Juan Ramón Jiménez - Platero y yo

PLATERO Y YO
(1914-1917)

I - PLATERO
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negros.
Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas, mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su cristalina gotita de miel...
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra. Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
- Tien'asero...
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.

19 febrero 2013

Antonio Machado recita poema Lo fatal de Rubén Darío

Fragmento de la serie de RTVE, Lorca, muerte de un poeta, Cap. I Impresiones y paisajes (1903-1918)


11 febrero 2013

Rubén Darío

Rubén Darío (1867-1916). Nació en Metapa, un pueblo de Nicaragua (hoy Ciudad Darío). Su verdadero nombre era Félix Rubén García Sarmiento. Se inició muy joven como poeta de corte romántico (Epístolas y poemas, 1885) y combinó su actividad literaria con la práctica del periodismo.
Viajó a Chile y a Argentina, países en los que conoció las nuevas tendencias literarias europeas. Realizó diversos viajes como diplomático por América y Europa, incluidas dos visitas a España en las que conoció a autores como Valle-Inclán y Juan Ramón Jiménez. Murió en León (Nicaragua).
Rubén Darío está considerado el iniciador del modernismo literario, movimiento que difundió por América y Europa, incluida España.
La literatura de Rubén Darío persiguió la novedad formal por medio de la ruptura con planteamientos estéticos anteriores.
La producción del nicaragüense refleja las influencias parnasiana y simbolista, así como su fe en la superioridad de los poetas, a los que consideraba seres conectados con la divinidad y con las fuerzas de la naturaleza, capaces de interpretar el mundo por medio de la palabra.

Azul... y Prosas profanas

El primer libro de Darío que refleja los temas y novedades modernistas es Azul..., publicado en 1888. En la obra se combinan el verso y la prosa: incluye cuentos breves y algunos poemas, en los que se recrea un mundo de hadas, princesas, seres mitológicos, palacios, cisnes... Todo ello presentado con una adjetivación y unas imágenes sorprendentes.

Prosas profanas, otro de sus libros, se publicó en 1896 y destacó por sus innovaciones métricas y verbales. En la obra se incorporaron poemas de evasión exótica y aristocrática, como los de Azul..., aunque aparecen también temas sociales y españoles. Pero, por encima de todos ellos, el tema predominante es el erotismo.
DE INVIERNO
En invernales horas, mirad a Carolina.
Medio apelotonada, descansa en el sillón,
envuelta con su abrigo de marta cibelina
y no lejos del fuego que brilla en el salón.

El fino angora blanco junto a ella se reclina,
rozando con su hocico la falda de Alençón,
no lejos de las jarras de porcelana china
que medio oculta un biombo de seda del Japón.

Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño;
entro, sin hacer ruido; dejo mi abrigo gris;
voy a besar su rostro, rosado y halagüeño

como una rosa roja que fuera flor de lis.
Abre los ojos; mírame con su mirar risueño,
y en tanto cae la nieve del cielo de París.
Rubén Darío, Prosas profanas

COMENTARIO DE TEXTO - 4
1.- Lee el poema de Rubén Darío De invierno
2.- ¿Qué se describe en el poema? Enumera los elementos seleccionados.
3.- Indica qué aspectos de la composición reflejan el exotismo.
4.- Localiza los elementos sensoriales aludidos en el poema De invierno.
5.- Realiza un análisis métrico y di de qué tipo de poema se trata.
6.- ¿Qué verso se utiliza habitualmente en este modelo? ¿Cuál emplea Darío?



Cantos de vida y esperanza
Esta obra, publicada en 1905, significó un cambio en el planteamiento literario de Rubén Darío, como él mismo manifiesta en el siguiente poema.
DE OTOÑO
Yo sé que hay quienes dicen: ¿por qué no canta ahora
con aquella locura armoniosa de antaño?
Ésos no ven la obra profunda de la hora,
la labor del minuto y el prodigio del año.
Yo, pobre árbol, produje, al amor de la brisa,
cuando empecé a crecer, un vago y dulce son.
Pasó ya el tiempo de la juvenil sonrisa:
¡dejad al huracán mover mi corazón!
Rubén Darío, Cantos de vida y esperanza

En Cantos de vida y esperanza, Darío abordó nuevos motivos temáticos y empleó un tono más personal, íntimo y reflexivo.
Estilísticamente, en esta obra Darío atenúa la búsqueda de una belleza externa, ornamentada, aunque no prescinde de las innovaciones formales.
Temáticamente, este poemario se centra en dos líneas fundamentales:
  • Las preocupaciones filosóficas, reflejadas en temas como el paso del tiempo, la pérdida de la juventud y el sentido de la existencia.
  • El mundo hispánico, cuya cultura reafirma. El poeta sugiere la unión de los pueblos americanos frente al imperialismo estadounidense.
Lo fatal
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
 
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
 
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
 
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...
Rubén Darío, Cantos de vida y esperanza
COMENTARIO DE TEXTO - 5
1.- Lee el poema Lo fatal
2.- Indica qué seres son dichosos y cuáles padecen más según el poema. Explica qué motivos aduce el autor.
3.- ¿A qué sentimientos aluden numerosos sustantivos?
4.- ¿De qué se habla en los versos 10 y 11? ¿Qué procedimiento de contraste se utiliza y qué efecto provoca el polisíndeton?
5.- Mide los versos del poema Lo fatal y señala la rima. ¿Qué estrofas aparecen?

Rubén Darío - Sonatina

SONATINA

                                      La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa?
                                      Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
                                      que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
                                      La princesa está pálida en su silla de oro,
                                      está mudo el teclado de su clave de oro;
                                      y en un vaso olvidado se desmaya una flor.

                                      El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales.
                                      Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
                                      y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
                                      La princesa no ríe, la princesa no siente;
                                      la princesa persigue por el cielo de Oriente
                                      la libélula vaga de una vaga ilusión.

                                      ¿Piensa acaso en el príncipe del Golconsa o de China,
                                      o en el que ha detenido su carroza argentina
                                      para ver de sus ojos la dulzura de luz?
                                      ¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes,
                                      o en el que es soberano de los claros diamantes,
                                      o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

                                      ¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa
                                      quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
                                      tener alas ligeras, bajo el cielo volar,
                                      ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
                                      saludar a los lirios con los versos de mayo,
                                      o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

                                      Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
                                      ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
                                      ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
                                      Y están tristes las flores por la flor de la corte;
                                      los jazmines de Oriente, los nulumbos del Norte,
                                      de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

                                      ¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
                                      Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
                                      en la jaula de mármol del palacio real,
                                      el palacio soberbio que vigilan los guardas,
                                      que custodian cien negros con sus cien alabardas,
                                      un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

                                      ¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
                                      (La princesa está triste. La princesa está pálida)
                                      ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
                                      ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
                                     -la princesa está pálida. La princesa está triste-
                                      más brillante que el alba, más hermoso que abril!

                                      ¡Calla, calla, princesa dice el hada madrina,
                                      en caballo con alas, hacia acá se encamina,
                                      en el cinto la espada y en la mano el azor,
                                      el feliz caballero que te adora sin verte,
                                      y que llega de lejos, vencedor de la Muerte ,
                                      a encenderte los labios con su beso de amor!

MODERNISMO Y 98

LA PRIMERA GENERACIÓN DEL SIGLO: MODERNISMO Y 98

        EL MODERNISMO

        1. Concepto
En términos artísticos, la palabra “modernismo” se aplicó a una serie de tendencias europeas y americanas surgidas en los últimos años del siglo XIX. Estas tendencias presentaban una serie de rasgos comunes:
  • Anticonformismo.
  • Deseo de renovación.
  • Oposición a las tendencias artísticas vigentes (realismo y naturalismo).
Pese a lo dicho, en el terreno literario los críticos no se han puesto de acuerdo sobre el concepto de este movimiento. A grandes rasgos podemos reducir las diferentes interpretaciones que se han dado a solo tres:
  • Considerar el Modernismo como un movimiento literario bien definido que se desarrolla entre 1855 y 1915 y que se define por el esteticismo y el escapismo.
  • Algunos piensan que el Modernismo no es un movimiento literario, sino una época y una actitud que incluye múltiples y diferentes manifestaciones, unas marcadas por el esteticismo y escapismo, pero otras no. (Ricardo Gullón)
  • Una postura intermedia entre las anteriores es la que sostiene Fernando Lázaro Carreter:
    “Cabría definir el Modernismo Literario como un movimiento de ruptura con la estética vigente, que se inicia en torno a 1880 y cuyo desarrollo fundamental alcanza hasta la Primera Guerra Mundial”
    Este movimiento de ruptura enlazaría con la amplia crisis espiritual de Fin de Siglo y sería una manifestación más de la misma.
        2. Los Orígenes del Modernismo
El movimiento modernista, como es obvio, no surge de la nada, sino que es consecuencia de una serie de factores o raíces:

        2.1. Raíces históricas y sociales
El Modernismo fue un movimiento, como dijimos antes, marcado por el anticonformismo. Esa actitud venía provocada por el desacuerdo de los escritores con el espíritu materialista y utilitario de la sociedad europea de la segunda mitad del siglo XIX. Esta sociedad había nacido con la Revolución Industrial y había llevado al poder político a la clase burguesa que impondrá una rígida moral y unas pautas de comportamiento férreas.
Los escritores modernistas reaccionarán contra esta sociedad de normas y formalismos, exigiendo una mayor libertad y el derecho a ser diferentes (pelo largo, vida bohemia, amores “amorales”, etc...)
Las actitudes de los escritores ante este panorama social podemos resumirlas en dos:
  • Algunos manifestarán en sus obras su oposición al sistema de una forma explícita, adoptando una actitud de rebeldía política (el poeta cubano José Martí, por ejemplo).
  • Pero la mayoría expresará su disconformidad mediante el aislamiento de esa sociedad con la que no comparten casi nada. Ese aislamiento será de muchos tipos, pero predominarán las posturas que recrean mundos aristocráticos propios ya de otros tiempos (Valle-Inclán en Sonata de Otoño, por ejemplo) o mundos exóticos orientales (Villaespesa o Marquina...)
        2.2. Raíces literarias
El Modernismo literario nace en Hispanoamérica en países que han conseguido la independencia en ese siglo o que no la han conseguido aún (caso de Cuba o Puerto Rico). Esta situación histórica explica que entre los autores modernistas nos encontremos en los primeros tiempos con un rechazo de la tradición literaria española y que, por tanto, vuelvan sus ojos a otras literaturas como la francesa.

        2.2.1. La influencia francesa
De la literatura francesa les interesará, fundamentalmente, dos movimientos artísticos que sedesarrollan en la segunda mitad del siglo XIX: el Simbolismo y el Parnasianismo.
             A) Parnasianismo.- Los parnasianos buscarán por encima de todas las cosas la perfección formal de la obra literaria. Representa un intento de alejarse de la realidad de su época por medio de la creación de otra realidad artificial en la que sólo importa la belleza. El esteticismo y el deseo de evasión o escapismo serán las notas distintivas del Parnasianismo.
             B) Simbolismo.- Los simbolistas también reaccionan contra un arte que se limita a representar la realidad. Ellos se proponen ir más allá de lo que se puede percibir por los sentidos. La misión del artista será la de descubrir esas “otras realidades” que existen tras la realidad aparente y luchar con el lenguaje para intentar sugerirla al lector.

             2.2.2. La influencia española
Aunque en buena parte el Modernismo se olvida de la tradición literaria española, sí encontramos en sus obras referencias a algunos autores o movimientos:
  • Bécquer y los simbolistas españoles.- Bécquer fue el mejor representante en España del movimiento simbolista y como tal lo entenderán los poetas modernistas.
  • El Mester de Clerecía.- De esta escuela literaria medieval le interesarán a los modernistas el verso (el alejandrino) que se convertirá en uno de los metros más usados.
A la vista de lo expuesto anteriormente, podríamos pensar que el Modernismo se limita a continuar tendencias o escuelas poéticas anteriores. Sin embargo no es así. Veamos lo que dice Schulman al respecto:
“El Modernismo es un arte sincrético en el que se entrelazan armónicamente tres corrientes: una extranjerizante (Parnasianismo y Simbolismo), otra americana (literaturas y tradiciones autóctonas) y la tercera, hispánica (Bécquer, Clerecía).”

        3. Temática del Modernismo
Según Ricardo Gullón los temas de la literatura modernista podemos clasificarlos en dos grandes bloques que responden en buena medida a las influencias básicas de los movimientos parnasiano y simbolista.

        3.1. La literatura de los sentidos
Algunos escritores pondrán sus ojos en la exterioridad sensible, buscando la perfección formal, la belleza. La influencia parnasiana es evidente en estos casos.

        3.2. La literatura de la intimidad
Otros autores y otras obras apuntan hacia la expresión de la intimidad, de los sentimientos del autor. Estos sentimientos pueden ser vitalistas y optimistas:
                                                      “Ínclitas razas ubérrimas
                                                       sangre de Hispania fecunda”
                                                                                  (Rubén Darío, Salutación del optimista)
o bien, angustiados y melancólicos,
                                                      “Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
                                                      y el temor de haber sido y un futuro terror...
                                                      Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
                                                      Y sufrir por la vida y por la sombra y por
                                                      Lo que no conocemos y apenas sospechamos,
                                                      Y la carne que tienta con sus frescos racimos,
                                                      Y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
                                                      ¡y no saber adónde vamos,
                                                      ni de dónde venimos!...”
                                                                                            (Rubén Darío, Lo fatal)

En esta línea literaria se puede apreciar la presencia del Simbolismo, y es la que mejor puede explicarnos el Modernismo como manifestación de la Crisis de Fin de Siglo.

Vinculados en mayor o menor medida con uno u otro de los dos bloques de contenidos anteriores, encontramos en la literatura modernista una serie de temas recurrentes:
  • La crisis espiritual.- Sensaciones de soledad, de melancolía, de tristeza, de desarraigo de una sociedad que no puede ni quiere comprender al artista. Esta crisis provocará la exaltación de todo aquello que vaya contra lo racional y real, y así, entrarán en sus obras lo pasional, lo fantástico, el misterio, los sueños... La expresión de estos sentimientos angustiados la realizarán por medio de símbolos como ‘la tarde’, ‘el otoño’, ‘los parques’, etc...
  • La evasión.- Este tema deriva del anterior: el escritor se encuentra inmerso en una realidad que le disgusta y tiene que manifestar su disconformidad de alguna manera. Algunos autores intentarán transformar la realidad mediante la crítica y la acción política,
                                                      “Yo soy un hombre sincero
                                                      de donde crece la palma,
                                                      y antes de morirme quiero
                                                      echar mis versos del alma” (José Martí, Versos sencillos)

           pero la mayoría preferirá olvidarse de esa realidad, escaparse de ella,

                                                      “La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa?
                                                      Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
                                                      Que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
                                                      La princesa está pálida en su silla de oro,
                                                      Está mudo el teclado de su clave sonoro;
                                                      Y en el vaso olvidada se desmaya una flor.”
                                                                                                            (Rubén Darío, Sonatina)

          En la literatura modernista nos encontraremos tres maneras diferentes de evasión de la realidad:
  1. El mundo de los sueños.
  2. La evasión temporal hacia mundos pasados supuestamente más bellos y más libres.
  3. La evasión espacial hacia mundos exóticos (orientales, sobre todo) en los que encontrar aquello de lo que carece la civilización occidental.
    • Cosmopolitismo.- Es consecuencia de la necesidad de evasión. Muchos autores intentaron buscar la diferencia en los comportamientos aristocráticos alejados de la mediocridad burguesa dominante. Ese cosmopolitismo desembocó en una devoción por la gran ciudad y por la vida bohemia.
    • El sentimiento amoroso.- El amor en la literatura modernista oscilará entre dos polos opuestos:
       *La idealización del amor y de la mujer entendido como amor imposible e inalcanzable. El amor irá asociado a sentimientos como la tristeza, soledad, melancolía, ...
      * Concepción vitalista del amor marcada por la búsqueda del sexo y del placer. Esta actitud hay que relacionarla con el deseo de los modernistas de rebelarse contra toda norma y moral.
    • La búsqueda de las raíces.- Los modernistas hispanoamericanos se ocuparán con sus obras de recuperar el pasado precolombino y sus mitos con el fin de autoafirmarse frente a la tradición española. En un segundo momento, sin embargo, los autores hispanoamericanos volverán a ocuparse de la tradición hispánica como acto de afirmación frente a la presión económica, política, militar y cultural estadounidense.
      La búsqueda de las raíces propias del individuo se debe entender también como consecuencia de la crisis espiritual que está en la base del Modernismo: cuando al artista se le rompe su realidad, necesita encontrar unas nuevas bases sobre las que construir una nueva realidad más satisfactoria.
            4. El estilo modernista
    Si tuviéramos que intentar definir el estilo modernista en pocas palabras, lo haríamos con las que siguen:
    “El Modernismo era el encuentro de nuevo con la belleza, sepultada durante el siglo XIX por un tono general de poesía burguesa.”
    En las palabras de Juan Ramón Jiménez podemos encontrar la base de la intención estética modernista: diferenciarse de la mediocridad burguesa (también en literatura) dominante y hacerlo mediante el cultivo de la Belleza, ya que la literatura realista (la propia de la sociedad burguesa) había preferido cultivar otros valores (la autenticidad, la crítica, la denuncia, ...). A esta actitud de búsqueda de la Belleza es a lo que llamamos esteticismo.

    Algunas de las características que definen el esteticismo modernista pueden ser:
    1. Intento de reflejar mediante la palabra múltiples valores sensoriales (auditivos, visuales, olfativos, etc...)
    2. Abundan los recursos fónicos que son útiles para conseguir la musicalidad del verso.
    3. Enriquecimiento léxico por la introducción de cultismos y neologismos.
    4. Adjetivación abundante y, en muchos casos, ornamental.
    5. Utilización de sinestesias (“furia escarlata”, “rojos destinos”, etc...).
    6. Metáforas e imágenes originales y deslumbrantes:
                “Nada más triste que un titán que llora,
                hombre-montaña encadenado a un lirio.”(Rubén Darío)
    7. En lo referente a la métrica, los modernistas preferirán los versos largos (dodecasílabos, alejandrinos) y se caracterizarán por la alteración libre de los versos y estrofas tradicionales.
    5. Fases del Modernismo
    Podemos determinar dos fases en el movimiento modernista:
    • El Modernismo Canónico:
      - Esteticismo.
      - Escapismo.
      - Literatura de los sentidos.
      - Influencia parnasiana.
    • Postmodernismo:
      - Menor esteticismo.
      - Relativo compromiso (social y existencial).
      - Literatura de la intimidad.
      - Influencia del Simbolismo.
    La línea que separaría las dos fases señaladas podríamos colocarla en el año 1905 con motivo de la aparición del libro Cantos de vida y esperanza de Rubén Darío.
    Por lo que se refiere a los escritores españoles, hemos de decir que la mayoría de ellos (al menos los que han conseguido vencer al tiempo) se situarían en la segunda fase (Antonio y Manuel Machado, Juan Ramón Jiménez, Valle-Inclán, ...)

    Características del Modernismo

    A fines del siglo XIX, los hombres perdieron la confianza en el progreso, que no resolvía los problemas, y en la ciencia, incapaz de ofrecer verdades absolutas. Se produjo, así, una crisis general que tuvo un reflejo artístico y cultural. En este contexto surgió el modernismo.
    El Modernismo se desarrolló en todo el ámbito hispánico a finales del siglo XIX y principios del XX.
    El Modernismo no fue solo una corriente literaria: representó una actitud vital de los artistas que reaccionaron ante el utilitarismo burgués. El movimiento nació en Hispanoamérica, donde a este rechazo se sumó el sentimiento antiimperialista, pues varios países luchaban por su independencia, primero de España y después del influjo estadounidense.

    Características del modernismo literario

    Los escritores modernistas recibieron diversas influencias, entre ellas las de dos corrientes poéticas francesas:
    * El parnasianismo. Los parnasianos buscarán por encima de todas las cosas la perfección formal de la obra literaria. Representa un intento de alejarse de la realidad de su época por medio de la creación de otra realidad artificial en la que sólo importa la belleza. El esteticismo y el deseo de evasión o escapismo serán las notas distintivas del Parnasianismo.
    * El simbolismo. Los simbolistas también reaccionan contra un arte que se limita a representar la realidad. Ellos se proponen ir más allá de lo que se puede percibir por los sentidos. La misión del artista será la de descubrir esas “otras realidades” que existen tras la realidad aparente y luchar con el lenguaje para intentar sugerirla al lector.
    Los modernistas reivindicaron la belleza bajo todas sus formas: la recreación de lugares y objetos hermosos, y la presentación de sensaciones y emociones intensas fueron sus temas esenciales.
    Frente a la vulgaridad, defendieron lo aristocrático (simbolizado en la figura del cisne).
    El rechazo de la realidad en que vivían los llevó a la evasión en el espacio y el tiempo: hacia épocas pasadas (el mundo clásico y sus mitos, el medieval, el renacentista, el dieciochesco, y también el pasado hispanoamericano) y hacia tierras lejanas y exóticas.
    La búsqueda de la belleza llevó a los modernistas a renovar el lenguaje literario:
    • Incorporaron cultismos y palabras elegidas por su sonoridad y su capacidad de sugerir sensaciones (táctiles, olfativas, auditivas, etcétera).
    • Buscaron la musicalidad, a la que contribuyó el empleo de diversos recursos rítmicos, como la anáfora, el paralelismo, la aliteración...
    • Recuperaron estrofas clásicas modificando el tipo o número de versos, y junto con ellas, cultivaron el verso libre. Los metros preferidos fueron el eneasílabo, el dodecasílabo y el alejandrino.

    DE INVIERNO

    En invernales horas, mirad a Carolina.
    Medio apelotonada, descansa en el sillón,
    envuelta con su abrigo de marta cibelina
    y no lejos del fuego que brilla en el salón.

    El fino angora blanco junto a ella se reclina,
    rozando con su hocico la falda de Alençón,
    no lejos de las jarras de porcelana china
    que medio oculta un biombo de seda del Japón.

    Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño;
    entro, sin hacer ruido; dejo mi abrigo gris;
    voy a besar su rostro, rosado y halagüeño

    como una rosa roja que fuera flor de lis.
    Abre los ojos; mírame con su mirar risueño,
    y en tanto cae la nieve del cielo de París.

    Rubén Darío, Prosas profanas

    EL MODERNISMO EN LA ARQUITECTURA

    15 enero 2013

    Modernisme, una història de destrucció


    TV3 - Sense Ficció (27/11/2012)
     "Modernisme, una història de destrucció"
    Modernisme, una història de destrucció posa al descobert la intensa campanya de descrèdit que hi va haver contra el moviment modernista durant el segle XX per part d'alguns intellectuals catalans més rellevants. Documental dirigit per Lluís Permanyer.

    29 febrero 2012

    Rubén Darío - Caupolicán

    A Enrique Hernández Miyares
    Es algo formidable que vio la vieja raza:
    robusto tronco de árbol al hombro de un campeón
    salvaje y aguerrido, cuya fornida maza
    blandiera el brazo de Hércules, o el brazo de Sansón.

    Por casco sus cabellos, su pecho por coraza,
    pudiera tal guerrero, de Arauco en la región,
    lancero de los bosques, Nemrod que todo caza,
    desjarretar un toro, o estrangular un león.

    Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del día,
    le vio la tarde pálida, le vio la noche fría,
    y siempre el tronco de árbol a cuestas del titán.

    "¡El Toqui, el Toqui!", clama la conmovida casta.
    Anduvo, anduvo, anduvo. La Aurora dijo: "Basta",
    e irguióse la alta frente del gran Caupolicán.
    [1888]