Mostrando entradas con la etiqueta Narrativa hispanoamericana. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Narrativa hispanoamericana. Mostrar todas las entradas

21 mayo 2012

Julio Cortázar

RAYUELA - Capítulo 68
[Capítulo de novela. Texto completo]
Julio Cortázar
---------------------------------------------------------------------------------------------
Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpaso en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balpamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.
FIN

20 mayo 2012

Gabriel García Márquez (1927 - )

Nació en Aracataca (Colombia). Este pequeño pueblo costero le sirvió de fuente para sus narraciones, junto con los fantásticos relatos que oyó de sus abuelos, que fueron quienes le educaron.
Tras estudiar Derecho en Bogotá, se dedicó al periodismo y trabajó como corresponsal en Europa y América. Sus relatos periodísticos le inspiraron obras literarias como Relato de un náufrago y Noticia de un secuestro. En 1982 recibió el Premio Nobel de Literatura.
Tras sufrir una grave enfermedad, en el año 2002 publicó el primer volumen de sus memorias, que presentan el significativo título de Vivir para contarla.
García Márquez es uno de los grandes narradores de nuestro tiempo. Su producción incluye cuentos y novelas, muchas de las cuales se centran en un universo imaginado -Macondo- habitado por personajes que reaparecen en diferentes relatos conformando una especie de saga.

Obras de García Márquez
  • Anteriores a 1967
    La hojarasca (1955
    Relato de un náufrago (1955)
    El coronel no tiene quien le escriba (1958)
    Los funerales de Mamá Grande (1962)
    La mala hora (1962)
  • Desde 1967
    Cien años de soledad (1967)
    La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1972)
    El otoño del patriarca (1975)
    Crónica de una muerte anunciada (1981)
    El amor en los tiempos del cólera (1985)
    El general en su laberinto (1989)
    Doce cuentos peregrinos (1992)
    Del amor y otros demonios (1994)
    Noticia de un secuestro (1996)
    Memoria de mis putas tristes (2004)
Su obra cumbre, Cien años de soledad (1967), desarrolla los temas más destacados de la narrativa del autor: el amor, la soledad, el paso del tiempo..., a la vez que refleja la evolución política y social de Hispanoamérica. La obra narra la vida de siete generaciones de los Buendía, una familia obsesionada por el temor de tener un descendiente con cola de cerdo. Su historia está unida a la del pueblo de Macondo, desde su fundación casi mítica por José Arcadio Buendía y su esposa Úrsula, pasando por la colonización española y la invasión económica estadounidense, hasta la decadencia: la familia y el pueblo desaparecen al cumplirse la maldición.
En esta novela se combinan lo individual con lo social, lo personal con lo histórico, el relato con la reflexión. La unidad se consigue gracias a los personajes, al espacio único (Macondo) y a la organización de los hechos en relación con las sucesivas generaciones. La mezcla de hechos reales y fantásticos acerca este relato de Gabriel García Márquez al realismo mágico.
--------------------------------------------
La peste del insomnio
Una noche, por la época en que Rebeca se curó del vicio de comer tierra y fue llevada a dormir en el cuarto de los otros niños, la india que dormía con ellos despertó par casualidad y oyó un extraño ruido intermitente en el rincón. Se incorporó alarmada, creyendo que había entrada un animal en el cuarto, y entonces vio a Rebeca en el mecedor, chupándose el dedo y con los ojos alumbrados como los de un gato en la oscuridad. Pasmada de terror, atribulada por la fatalidad de su destino, Visitación reconoció en esos ojos los síntomas de la enfermedad cuya amenaza los había obligada, a ella y a su hermano, a desterrarse para siempre de un reino milenario en el cual eran príncipes. Era la peste del insomnio.
Cataure, el indio, no amaneció en la casa. Su hermana se quedó, porque su corazón fatalista le indicaba que la dolencia letal había de perseguiría de todos modos hasta el último rincón de la tierra. Nadie entendió la alarma de Visitación. «Si no volvemos a dormir, mejor -decía José Arcadio Buendía, de buen humor-. Así nos rendirá más la vida.» Pero la india les explicó que lo más temible de la enfermedad del insomnio no era la imposibilidad de dormir, pues el cuerpo no sentía cansancio alguno, sino su inexorable evolución hacia una manifestación más crítica: el olvido. Quería decir que cuando el enfermo se acostumbraba a su estado de vigilia, empezaban a borrarse de su memoria los recuerdos de la infancia, luego el nombre y la noción de las cosas, y por último la identidad de las personas y aun la conciencia del propio ser, hasta hundirse en una especie de idiotez sin pasado.
Gabriel García Márquez, Cien años de soledad.

Jorge Luis Borges (1899-1986)

Nació en Buenos Aires. Tras una infancia enfermiza, que dedicó a la lectura, se trasladó a Europa, donde conoció las vanguardias. En 1919 visitó España y publicó poemas ultraístas. Ya en su país, escribió poemas y ensayos y, tras un grave accidente , publicó cuentos. Alcanzó la fama en 1961, al recibir el Premio Nacional de Editores. Realizó constantes viajes y dictó conferencias. En 1980 recibió el Premio Cervantes.
Aunque Borges escribió una poesía de gran calidad (Fervor de Buenos Aires, 1923), su mayor trascendencia en la literatura se debe a los cuentos.
En sus cuentos, Borges, no pretende contar una historia, sino analizar el sentido de la existencia, del individuo y del universo.
La gran preocupación del autor, la frontera entre realidad y ficción, se plasma por medio de símbolos: los espejos (que nos reflejan y repiten), los caminos que se bifurcan (el azar), el laberinto (físico y mental), la biblioteca (el universo entero), el sueño (que equipara realidad y ficción)...
Para crear sus cuentos, Borges acude a todos los subgéneros narrativos: crónicas periodísticas, narracioness filosóficas, policíacas, de aventuras, de ciencia ficción..., y busca sorprender al lector con desenlaces inesperados.

COMPILACIONES DE CUENTOS DE BORGES
  • Historia universal de la infamia (1935). Recoge biografías ficticias de personajes legendarios: pistoleros como Billy el Niño, estafadores como Arthur Orton, etcétera.
  • Ficciones (1944). Reúne dos libros de cuentos: El jardín de los senderos que se bifurcan y Artificios. Trata temas como la escritura, el orden, el caos, el infinito...
  • El Aleph (1949). Mezcla cuentos realistas y fantásticos en los que explora el sentido de la vida.
  • El libro de arena (1975). Recoge temas característicos de Borges: la identidad, con el tema del doble; la existencia de la realidad, la memoria...
----------------------------------------------
Los dos reyes y los dos laberintos
Cuentan los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más) que en los primeros días hubo un rey de las islas de Babilonia que congregó a sus arquitectos y magos y les mandó a construir un laberinto tan perplejo y sutil que los varones más prudentes no se aventuraban a entrar, y los que entraban se perdían. Esa obra era un escándalo, porque la confusión y la maravilla son operaciones propias de Dios y no de los hombres. Con el andar del tiempo vino a su corte un rey de los árabes, y el rey de Babilonia (para hacer burla de la simplicidad de su huésped) lo hizo penetrar en el laberinto, donde vagó afrentado y confundido hasta la declinación de la tarde. Entonces imploró socorro divino y dio con la puerta. Sus labios no profirieron queja ninguna, pero le dijo al rey de Babilonia que él en Arabia tenía otro laberinto y que, si Dios era servido, se lo daría a conocer algún día. Luego regresó a Arabia, juntó sus capitanes y sus alcaides y estragó los reinos de Babilonia con tan venturosa fortuna que derribo sus castillos, rompió sus gentes e hizo cautivo al mismo rey. Lo amarró encima de un camello veloz y lo llevó al desierto. Cabalgaron tres días, y le dijo: "Oh, rey del tiempo y substancia y cifra del siglo!, en Babilonia me quisiste perder en un laberinto de bronce con muchas escaleras, puertas y muros; ahora el Poderoso ha tenido a bien que te muestre el mío, donde no hay escaleras que subir, ni puertas que forzar, ni fatigosas galerías que recorrer, ni muros que veden el paso." Luego le desató las ligaduras y lo abandonó en la mitad del desierto, donde murió de hambre y de sed. La gloria sea con aquel que no muere. 
Jorge Luis Borges, El Aleph.

17 mayo 2012

La narrativa hispanoamericana

Hasta 1940, la narrativa se mantiene dentro del realismo tradicional, muy constumbrista en ocasiones, pues reproduce el mundo rural con excesivo objetivismo y retrata tipos muy esquemáticos. Solo las mejores obras plantean una dialéctica del personaje con el medio, incómodo y salvaje, y los problemas sociales y políticos en una verdadera lucha por la vida, aun conservando rasgos reconociblemente constumbristas.
La novela realista hispanoamericana se desarrolló en diversas tendencias: la novela de la Revolución mexicana, la novela de la tierra y la indigenista.
La novela de la revolución se centró en los conflictos entre el campesino y la oligarquía dominante en México; la novela de la tierra, en la diversidad de tierras hispanoamericanas (la selva amazónica, los llanos de Venezuela, la pampa argentina...), y la novela indigenista, en las injusticias y desigualdades vividas por la población indígena.

NOVELA DE LA
REVOLUCIÓN MEXICANA
  NOVELA DE LA TIERRANOVELA INDIGENISTA
Mariano Azuela
Los de abajo (1916)
José Eustaquio Rivera
La vorágine (1924)
Alcides Arguedas
Raza de bronce (1919)

Ricardo Güiraldes
Don Segundo Sombra (1926)
Jorge Icaza
Huasipungo (1934)

Rómulo Gallego
Doña Bárbara (1929)
Ciro Alegría
El mundo es ancho y ajeno (1941)

 A partir de los años treinta, se introdujeron planteamientos novelísticos innovadores, que culminaron en la nueva narrativa hispanoamericana, Este proceso se consolidó en la década de 1960 con el llamado boom.
Los autores de la nueva narrativa modernizaron los temas, incorporaron nuevas técnicas narrativas y modificaron la concepción del relato.
La nueva narrativa
* Características. La renovación afectó a la novela y al cuento, que abordaron nuevos temas (la vida en la ciudad, la soledad, la incomunicación...) por medio de técnicas novedosas, como el desorden cronológico, el monólogo interior, la diversidad de perspectivas, etc. Además, muchos narradores representaron la realidad, ambigua y contradictoria, como un espacio en el que se mezclan lo real y lo fantástico, tendencia que se conoce como realismo mágico.
* Principales autores y obras. Se inició con las obras de Miguel Ángel Asturias (El señor Presidente, 1946), Jorge Luis Borges (a través de sus compilaciones de cuentos), Alejo Carpentier (Los pasos perdidos, 1953). Los siguieron Ernesto Sábato (El túnel, 1948), Juan Rulfo (Pedro Páramo, 1955), Juan Carlos Onetti (El astillero, 1961), Carlos Fuentes (La muerte de Artemio Cruz, 1962), Julio Cortázar (Rayuela, 1963), Guillermo Cabrera Infante (Tres tristes tigres, 1966) y Gabriel García Márquez (Cien años de soledad, 1967).
------------------------------------------------
EN EL LECHO DE MUERTE
Yo dejo que hagan, yo no puedo pensar ni desear; yo me acostumbro a este dolor: nada puede durar eternamente sin convertirse en costumbre; el dolor que siento debajo de las costillas, alrededor del ombligo, en los intestinos, ya es mi dolor, un dolor que roe: el sabor de vómitos en mi lengua es mi sabor; el abultamiento de mi vientre es mi parto, lo asemejo al parto, me da risa. Trato de tocarlo. Lo recorro del ombligo al pubis. Nuevo. Redondo. Pastoso. Pero el sudor frío cede. Ese rostro sin color que alcanzo a ver en los vidrios sin simetría de la bolsa de mano de Teresa, que pasa junto a mi cama, nunca se desprende de su bolsa, como si hubiera ladrones en la recámara. 
Yo sufro ese colapso. Yo ya no sé. El médico se ha ido. Dijo que iba a buscar otros médicos. No quiere hacerse responsable de mí. Yo ya no sé. Pero los veo. Han entrado. Se abre, se cierra la puerta de caoba y los pasos no se escuchan sobre el tapete hondo. Han cerrado las ventanas. Han corrido, con un siseo, las cortinas grises. Han entrado. Ah, hay una ventana. Hay un mundo afuera. Hay este viento alto, de meseta, que agita unos árboles negros y delgados. Hay que respirar... 
—Abran la ventana... 
—No, no. Puedes resfriarte y complicarlo todo.
CARLOS FUENTES, La muerte de Artemio Cruz

13 mayo 2012

Gabriel García Márquez

Gabriel García Márquez - Centro Virtual Cervantes

Gabriel García Márquez, La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada


La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada

"ERÉNDIRA ESTABA BAÑANDO a la abuela cuando empezó el viento de su desgracia. La enorme mansión de argamasa lunar, extraviada en la soledad del desierto, se estremeció hasta los estribos con la primera embestida. Pero Eréndira y la abuela estaban hechas a los riesgos de aquella naturaleza desatinada, y apenas si notaron el calibre del viento en el baño adornado de pavorreales repetidos y mosaicos pueriles de termas romanas"

Gabriel García Márquez, Crónica de una muerte anunciada


"El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de pájaros. "Siempre soñaba con árboles", me dijo Plácida Linero, su madre, evocando 27 años después los pormenores de aquel lunes ingrato. "La semana anterior había soñado que iba solo en un avión de papel de estaño que volaba sin tropezar por entre los almendros", me dijo. Tenía una reputación muy bien ganada de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que se los contaran en ayunas, pero no había advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en las mañanas que precedieron a su muerte."