25 mayo 2013

Y LA MÚSICA

Federico García Lorca, Huerta de San Vicente, Granada, 1935
MI PIANO
En un rincón oscuro está mi piano durmiéndose. Un gran manto rojo lo cubre… Muchas veces con el silencio sus cuerdas viejas vibran suaves y se mueve todo él muy lánguidamente… Huele a viejo y sus teclas son de amarillo por el tiempo. ¿Qué quieres mi adorado piano, en que tocó la abuela? ¿Por qué vibras en la noche sin que te hable nadie? ¿Acaso tienes un alma en pena escondida en tus secretos…? Viejo piano mío, ¡tú eres mi amigo y mi expresión! Cuando pulso tus teclas sueño y soy feliz. ¡Quién te arrancara tu supremo acorde! Si tú me pudieras abrazar, yo olvidaría lo que sabes. Yo te amo sobre todas las cosas. Déjame que te bese y te haga cantar… Tú conoces como nadie mi corazón. Los ojos que me mataron también te hirieron a ti. Desde entonces siempre cantas triste, porque mis manos te hieren con amargura, y mis pies, apretando con fuerza en tu corazón, hacen que te desangres de sonidos y desfallezcas de pasión.
Viejo piano mío, tú eres mi alma; sin ti yo no viviría porque te amo tanto como la que se esfumó en la distancia… Piano mío, tú me consuelas, me haces descansar de las agujas del deseo, y cuando mis dedos te besan soy puro y todo perfume de pasión…

No hay comentarios: